Breathe

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domingo, 26 de enero de 2014

Capitulo 11



"Ese chico con el que te estás viendo, te romperá el corazón"


Entré en casa, solo estaba encendida la luz de la cocina. Ni siquiera me molesté en saludar. Me quité la bufanda mientras caminaba hacia las escaleras, pasando antes por la puerta de la cocina y viendo a mi madre de espaldas a mi sentada en un taburete. Cuando fui a poner un pie en el escalón su voz hizo que parara.

- Ese chico con el que te estás viendo, te romperá el corazón - fruncí el ceño. No dije nada y subí a mi habitación.

¿Cómo lo sabía? Ella me había quitado la cámara hace unas semanas, así que podría haber visto las fotos. Incluso Ashley también podía haberle contado algo. Deje el abrigo y la bufanda encima de la cama y llamé a papá.

Después del quinto toque colgué y suspiré. ¿Y si él no quería saber nada de mí? Pensar eso hizo que un escalofrío recorriera mi columna.

Mi hermana entró en mi habitación sin llamar y cerró la puerta. - ¿Ha pasado algo?
-¿Como? - pregunté confusa.

- Que si ha pasado algo con Justin.

- Mmm no... - ella respiró de alivio.

-¿Te gusta?

- Si - ¿Donde quería ir a parar?

- Bueno, entiendo que él te guste. ¿A quien no le gusta? Él luce caliente, y es muy atractivo, ni siquiera puedo imaginar como será besar sus labios - ella fantaseó. - Y tocar esos brazos muscu...

- Vale, se acabó, suficiente. - negué con la cabeza.

- Además, he visto la forma en la que me mira - Ashley ha vuelto. - Y puedo decir que haríamos una perfecta en la cama. Sin ánimo de ofender.

- Tranquila, no lo haces.

-¿Estais saliendo? - me preguntó.

- No... No lo se, supongo que nos estamos conociendo.

- Bien, entonces tengo tiempo para poder hacerte competencia - antes de salir dijo - Que gane la mejor - cerró la puerta.

- ¿Pero que se cree que es esto? ¿Una competencia? - murmuré. Estaba empezando a fastidiarme.




Miré la pantalla de mi portatil. Tenía que hacer un proyecto para el final del trimestre. Puse mis dedos sobre el teclado mientras veía el word en blanco. Mordí mi labio. Ni siquiera sabía por donde empezar. No sabía nada de mi padre, mi madre me ignoraba, ni siquiera preparaba la comida para mi. Ashley seguía viviendo su cuento de fantasía con Harry y yo estaba aquí, sentada en mi cama intentando concentrarme con todo lo que me pasaba alrededor. No había hablado con Justin desde que tuvimos ese pequeño encuentro hace unas semanas.

" - ¿El vestido azul o el negro? - me preguntó Jane enseñandome los dos vestidos en las perchas. Miré ambos vestidos sin saber que decirle. - ¿______? ¿Hola? ¿Estás en la tierra? - asentí y suspiré.

-Si, lo siento, yo... supongo que no estoy de humor para esto - colgué el vestido turquesa que tenía en mi mano.

- Creo que cogeré el negro - colgó el vestido azul - ______, te saqué de casa para que te animara, y lo que estás haciendo es contagiarme tu negatividad. Así que venga, ¿Te gusta algún vestido?

-No -  dije resignada. Todos los vestidos que habían eran, o demasiados grandes para mi, demasiado largos, o demasiados provocativos.

-Te has provado en la última tienda quince vestidos, es imposible que con ninguno te hayas visto bien. Te quedaban bien la mayoria.

-Creo que iré desnuda, o quizás iré disfrazada de conejita, como Bridget Jones.

-Me gustaría ver eso - la voz de Justin me sobresaltó y me giré. Él llevaba un aire despreocupado. Su pelo estaba peinado hacia arriba. Sus pantalones vaqueros colgaban un poco más debajo de su cintura y su chaqueta negra iba abierta enseñando una camiseta blanca de V.

- Hola - dijo Jane y me esquivó para saludar a Justin. Me quedé parada. Él no había dado señales de vida en cuatro días. ¿Estabamos saliendo o no?

Justin se acercó a mi y besó la comisura de mis labios, haciendo que Jane sonriera ampliamente.
- Pensé que no querías saber nada más de mi - murmuré antes de que se separara por completo.

- ¿Por qué pensaste eso? - miré hacia arriba para mirar sus ojos marrones. Me miraba intensamente y no pude aguantar su mirada, así que miré hacia otro lado.

- Yo... Bueno - mordí mi labio y vi a Jane moverse lejos de nosotros dejandonos intimidad - No lo se - me encogí de hombros.

- ¿Cómo va todo? - Justin levantó su mano y la puso en mi mejilla.

- Bien - miré hacia el frente, fijandome en su pecho.

- ¿Segura? - asentí. - ¿Por qué evitas mirarme?

- No evito mirarte - miré hacia arriba y Justin pasó su dedo por mi mejilla. - ¿Que haces aquí?

- Yo solo acompañaba a mi molestosa amiga - dejó mi mejilla y señaló a una chica de cabello negro, a la que reconocí como Rachel. - Ella lleva buscando un vestido para estas navidades por horas. Si me hubieras pedido que viniera contigo, lo hubiera hecho.

- No quería molestarte.

- No me molestas, deberías saberlo. - di un pequeño asentimiento. - Así que... ¿De conejita? - me sonrojé y agaché mi mirada.

- Será mejor que vuelvas con tu amiga, no quiero molestarla - arrugué la nariz. Y parece que me oyó, porque ella se giró y buscó con la mirada a alguien. Su vista se fijó en nosotros, frunció su ceño y colgó el vestido que estaba mirando para después dirigirse a nosotros. En ese momento quería desaparecer. No quería oir sus palabras duras contra mi. Ella era una chica con un caracter fuerte, y yo tenía un caracter debil. Bajo su fría mirada me sentía como si fuera su presa.

Ella llegó a nosotros y se cruzó de brazos. - Pensé que habías venido a ayudarme a elegir un vestido no a...
- Rachel, cierra el pico - Justin dijo duro - Deberías de discuparte por lo del otro día. - Ella bufó.

- No hace falta... - murmuré. Sentía los ojos de ella quemar mi piel.

- ¿Ves? No hace falta, ahora por favor, deja de perder el tiempo, y vamos - tiró del brazo de Justin pero este no se movió.

- Eres un jodido grano en el trasero, Rachel. Puedes seguir viendo vestidos, me quedaré con ella.

- ¿Prefieres a esta loca suicida antes que a tu amiga? - ella alzó un poco la voz indignada. Justin cogió la muñeca de Rachel y esta hizo una mueca de dolor cuando la acercó a ella. Escuché a Justin amenazarla mientras me alejaba de allí.

- ¡_______! - Jane se acercó a mi - He encontrado el vestido perfecto para ti - miré el trozo de tela que se encontraba en su mano y la esquivé. - ¿Donde vas?

- A casa - salí de la tienda haciendo que ella me siguiera y la alarma saltara. Por lo que tuvo que volver dentro de la tienda, ganandose las miradas de todos a su alrededor.

Odiaba sentime así, odiaba sentime inferior a otras personas, y odiaba tener que salir corriendo cada vez que no podía enfrentar una situación.

- Hey, _______ - Justin sujetó mi brazo - ¿Por qué huyes? - me giré dispuesta a encararlo.

- No huyo, solo... Justin, ella tiene razón. Yo... estoy rota por dentro, tengo cicatrices que no pueden cerrarse. No vale la pena que te preocupes por mi, soy una loca suicida -dije las palabras que Rachel me había dicho hace un momento mientras que mi voz temblaba. - No soy lo suficientemente buena para ti. "


Justin ni me llamó, ni me buscó. - Supongo que ya no tengo un san valentín - murmuré para mi.
Escribí en el word en blanco mi nombre y el título del proyecto.

Me arrepentía de haberle dicho eso a Justin. Él hacía que viera mi vida menos gris. Pero había sido lo mejor. Él no tenía por qué preocuparse por mi, ni discutir con su amiga por mi.

Intenté concentrarme y empezé a escribir mientras que en mis auriculares sonaba Lana Del Rey.
Alguien tocó mi hombro y me sobresalté. Tiré de mis auriculares mientras me giraba.

- Me has asustado - dije con el corazón en un puño.

- Lo siento, no era mi intención - Justin sonrió de lado. - He estado quince minutos pensando la manera en la que hacerte saber que estaba aquí.

- Ah... ¿Como has entrado? ¿Por la ventana? - Yo no lo había visto entrar por la puerta.

- ¿Que más da?

- Es importante para mi, para poner más seguridad.

- ¿Es que no quieres verme? - Justin alzó una ceja.

- No es eso, si has entrado tú, puede entrar cualquiera. - Justin me miró de arriba abajo. Entonces me acordé que lucía horrible. Llevaba un moño, que se había desordenado mientras dormía y pequeños mechones se escapaban de él. Llevaba mi sudadera gris y unos culotes negros. Se estaba bien con la calefacción, así que no había problema de frío. - ¿Que haces aquí? - dije moviendome incómda encima de la cama.

- Bueno, estuve pensando sobre lo que me dijiste en el centro comercial. - ¿Hasta ahora no lo había pensado?

-¿Sabes? - él se sentò en la silla que estaba frente a mi escritorio. - Nadie es perfecto, Williams. Yo no soy perfecto, no tengo una vida perfecta. Al contrario, yo estaba siendo demasiado egoista por buscarte. No te convengo.

- ¿Por qué?

- Se puede decir que no me conoces - guardé lo que había escrito y cerré el portatil dejandolo en mi mesilla de noche.

- ¿A que te refieres?

- Me refiero a que no soy bueno para ti. Y lo que me dijiste de que no eras buena para mi y.... No estás loca cariño, solo tienes una vida dificil, y hay a veces que todo te supera. No es malo sentirse debil. 
Lamí mis labios sin saber que decir -¿No eres bueno para mi? ¿Es que eres un prostituto? - Justin rió y negó con la cabeza. - ¿Formas parte de una mafia?

- No, nada de mafias.

- ¿Entonces?

- Algún día lo sabrás - Justin se levantó. 

-¿Me vas a dejar con la duda? - lo miré mientras que él se sentaba justo frente a mi en el borde de la cama.

- ¿Duda? Duda es no saber si después de vernos, voy a volver a verte de nuevo, ________. - eso dolió.

- Lo siento - agaché la mirada pero él cogió mi mentón e hizo que lo mirara.

- No tienes que disculparte. - su dedo pulgar acarició mi mejilla.

- No quiero preocupar a nadie.

- Nena, uno se preocupa por las personas que le importan. ¿No quieres importarme? - su voz era baja e increiblemente sexy. No podía creerme que él estuviera diciendome esto.

- Si, si quiero - admití. Justin sonrió y se acercó a mi labios, sin besarme. Pude sentir su aliento, su nariz casi chocaba con la mia. Quería besarlo. Justin fue a juntar sus labios con los mios pero se separó de mi. Me decepcioné cuando no lo hizo.

- ¿Quieres que te bese? - pasó su pulgar por mi labio inferior tirandolo hacia abajo.

- Si - susurré. ¿Por qué reaccionaba así? Justin acortó la distancia que teníamos y juntó nuestros labios. Mis manos se pusieron en sus antebrazos mientras movía mis labios en sincronía con los suyos. Deje a su lengua entrar en mi boca haciendo que el beso subiera de tono. Mi cuerpo reaccionó pegandose más al de Justin.
Una de sus manos se pusieron en uno de mis muslos haciendo que pasara mi pierna por su cuerpo. Él con facilidad me sentó a horcajadas encima de él sin romper el beso. Iba a estallar. Quité su gorra y pasé mis manos por su pelo desordenado. Justin recorría con sus grandes manos mi espalda debajo de mi sudadera. Moví mi cadera insconcientemente encima suya. Justin gruñó en mi boca. - No llevas sujetador - gimió mientras  besaba mi mandíbula y sus manos seguían pasando por mi espalda.

Rompimos el beso debido a que alguien llamó a mi puerta. Miré a Justin y me bajé con la respiración agitada. - ¿________? - la voz de Ashley sonó al otro lado de la puerta y me tensé.

- ¿Que? - alcé un poco la voz.

- Quiero hablar contigo - miré a Justin.

- Escondete debajo de la cama.

- ¿En serio? - susurró. Lo miré y él suspiró. Se levantó y lo vi meterse debajo de mi cama. Respiré hondo y fui a abrir la puerta.

Mi hermana entró y miró por mi habitación. - ¿Que querías?

- Quería hablar contigo sobre Justin - se sentó en el borde de la cama.

- ¿Ahora? - jadeé.

- Si, ¿Es que tienes algo que hacer?

- Bueno, yo estaba haciendo un proyecto.

- Entonces no te entretendré mucho. - cerré la puerta. - Debería de haber hablado contigo antes. No me fio de Justin. Él tiene algo que no es de fiar. Te lo digo porque soy tu hermana y no quiero que te hagan daño.

- Oh vamos, ¿En serio? ¿Desde cuando te preocupas por mi? ¿Por qué ese cambio?

- Cuando vi que mamá te echaba las culpas de lo de papá... Ella no tenía que haberte pegado. - me tensé. - Fue algo que vi injusto.

- Solo ves injusto eso.... Entiendo.

- Bueno, el caso es que se que Justin te va a hacer daño, y no se por qué pero no quiero que lo haga. Él luce como una mala versión de un chico malo.

- ¿Mala versión?

- Si, ¿Has visto su pelo? - ella cogió la gorra que estaba encima de la cama.

- Yo no le veo nada malo a su pelo.

- ¿Y esta gorra? - preguntó.

- Él se la dejó en mi coche - ella asintió y volvió a dejarla encima de la cama.

- Bueno, eso es todo - se levantó - Mamá esta haciendo la comida, no creo que haga para ti, hay un sandwichs en la nevera, por si lo quieres - asentí y ella salió. Volví a cerrar la puerta con seguro y respiré hondo. No entendía a Ashley.

- ¿Tan mal luce mi pelo? - miré hacia atrás y vi a Justin tocandose el pelo.

- Solo está un poco revuelto. - Justin me miró.

- No se quien ha podido ponermelo así. - Mordí mi labio y miré hacia otro lado recordando lo que había sucedido antes. - ¿Que te parece si vamos a McDonalds?

- ¿Ahora?

- Si

- Tengo que arreglarme, ¿Has visto mis pintas? - me señalé y Justin me recorrió de arriba abajo.

- Estas sexy, pero será mejor que te pongas unos pantalones, no quiero que nadie te mire - negué con la cabeza.




Después de pedir una hamburguesa en el McAuto comimos en los aparcamientos, haciendo algo nuevo. A mamá ni siquiera le importaba donde iba, así que salía diciendole que me iba y ella ni siquiera contestaba. 

-No puede ser, me he manchado - Justin miró su camiseta antes de subir las escaleras que iban a su casa. Me asomé y vi una mancha de ketchup en su camiseta azul. - Uuuy, con lo que cuesta quitar esas manchas de la ropa - le sonreí y subí las escaleras delante de él. 

Llegué a su puerta y esperé a que Justin llegara y abriera. Entré en su piso y él encendió la luz. - ¿Donde está Sammy? - miré a mi alrededor con temor de que saltara sobre mí.

-Lo dejé con mamá - cerró la puerta y conectó la calefacción. Miré a Justin y se quitó la camiseta. Aguanté la respiración y me fijé en sus abdominales y en los tatuajes que escondía debajo de su camiseta. Parpadeé cuando Justin limpió con su camiseta debajo de mi boca. Fruncí el ceño - Se te cae la baba, cariño - mostró una sonrisa arrogante. 

-Ni tanto - bufé y miré hacia otro lado. 

-Puedes mirar todo lo que quieras, cariño - Justin se se movió con gracia por el pasillo - Soy todo tuyo - miré su espalda bien formada y estuve a punto de hiperventilar. 

- ¿No tienes tu casa decorada? - dije mirando el salón.

-No, ¿Por qué iba a tenerla? - él alzó un poco la voz para que pudiera escucharlo. 

-La navidad se acerca - fui lentamente por el pasillo hacia la puerta abierta del cuarto de baño, donde Justin se encontraba lavando su camiseta en el lavabo. 

-La navidad apesta - me apoyé en el marco de la puerta y me fijé en sus facciones marcadas. Saqué la cámara de foto de mi gran bolso y la encendí.

-No digas eso, es una bonita época - apunté la cámara hacia él y saqué una foto. Él me miró y miré la cámara para ver la foto. 

-¿Siempre llevas la cámara encima? - asentí.

-Nunca sabes cuando se puede presentar una buena foto. Y respecto a la navidad, ¿Por qué apesta? 

- La navidad es una época donde toda la familia se reune y finge ser felices. Fingen interesarse los unos por los otros cuando el restro del año simplemente nos ignoran. 

-¿Malas experiencias? 

-No, es la verdad - frotó su camiseta con fuerza. 

-Bueno, no me refería a la familia. Me gusta cuando decoran las calles y los centros comerciales, me gusta cuando ponen el gran árbol en la plaza y también me gustaba cuando era pequeña poner el árbol con mi padre. Me gustaba despertarme con ilusión por la mañana y bajar las escaleras corriendo esperando ver que me habían traido, siempre me traían menos cosas que a mi hermana, pero nunca me importó.

-¿Entonces solo te gusta la navidad por el alumbrado? - asentí.

-Es una buena época para echar fotos. - Justin alzó una ceja y volvió a mirar a su camiseta. 

-Creo que esto ya está - la escurrió y la puso  en la bañera. Aproveché y saqué una foto de su espalda. - Nena, creo que voy a tener que cobrarte por las fotos. - sonreí. 

- Lo siento, ¿Has pensado en ser modelo? - Justin rió. - No se que te hace tanta gracia, lo estoy diciendo en serio. - Lo seguí hasta su habitación y él se puso una camiseta. 

-No, la verdad es que no lo he pensado. ¿No quieres que sea tu modelo personal? 

- ¿Me dejarías que te hiciera un reportaje un día?

-¿Me pagarías? - él salió de su habitación. 

- ¿Quieres otro caramelo? - Justin se giró. 

-Si ese caramelo tiene tu nombre y apellido, sí - junté mis labios en una fina linea intentando no sonreir. 

- Veré que puedo hacer. - Justin sonrió. Me senté en el sofá. 


Al final acabamos jugando a la playstation hasta que me ganó 5 veces. - Es divertido jugar contigo - dijo mientras continuabamos la partida. 

-¿Y eso por qué? - dije concentrada en los movimientos. 

-No es porque me hagas mucha competencia la verdad, me gusta ver cómo te enfadas al ver que.... he ganado de nuevo - apreté los labios en una fina linea. 

-Has hecho trampas.

-Por sexta vez - Justin rió. 

- No vale, es que tu sabes jugar. Tienes más práctica - miré hacia arriba para encontrarme con el rostro de Justin. Él me tenía entre sus brazos mientras jugabamos. Había visto muchas fotos así en internet, y jamás me imaginé que viviría ese momento. 

- ¿Que harás en Navidad? - me preguntó y miré hacia delante, a la pantalla. 

-No lo se - Mi madre estaba enfadada conmigo, y no había manera de que ella me quisiera cerca de ella. Harry nos había invitado a las tres a pasar las navidades con sus padres, dado el hecho de que papa no estaba. - Harry nos invitó a su casa, a cenar con sus padres, pero no se que haré. Supongo que prefiero quedarme en mi habitación antes que aparentar que todo va bien frente a desconocidos.


Twitter : @desirealba #Breathe

sábado, 18 de enero de 2014

Capitulo 10





"Me gustas, y me preocupo por ti"


Justin me convenció para que me quedara en su casa y viesemos una película. Esperaba sentada en el sofá mientras que él buscaba una película.  Me quité los zapatos y puse los pies encima del sofá.
Me puse la manta que había traido Justin por encima y esperé a que él terminara. La música del principio empezó a sonar. Justin se sentó a mi lado y yo me puse doblada, de modo que estaba recostada sobre el respaldo del sofá.




Abrí mis ojos con pereza y vi que todo estaba oscuro. La habitación estaba iluminada solo con la luz que entraba debido a las farolas.

Me removí entre las mantas, estaba realmente bien. Verdaderamente necesitaba dormir. Decidí levantarme y me encogí cuando me destapé. Me levanté y caminé a tientas hacia la puerta. La abrí y salí. Estaba descalza, ¿Donde estaban mis zapatos? Me crucé de brazos, para mantener el calor y caminé hacia el salón. Allí estaba Justin, mirando algo en su ordenador portatil y Sammy a su lado.

- Hola - murmuré. Justin me miró y sonrió.

- Hola - echó a Sammy de su lado y Justin me tendió su mano. Me acerqué a él y la cogí. Justin se echó hacia atrás en el sofá y me indicó que me sentara en su regazo y así lo hice. -  Te quedaste dormida al empezar la película.

-Si, lo siento - ignoré el escalofrio que estaba recorriendo mi columna debido a que Justin estaba acariciandome la espalda.

- No importa, ¿Dormiste bien?

-Si, la verdad es que no dormía tan bien desde hacía mucho.

- Es mi cama - él me sonrió de lado.

- Yo creo que es, que no había ruido y estaba muy cansada. ¿Que hora es? - Justin echó su cuerpo hacia delante y me agarró por la cintura, asi que le pasé un brazo por sus hombros.

- Las siete.

- ¿Las siete? Tengo que irme, es tarde - me levanté.

- He hablado con tu hermana, ella sabe que estás aquí, le dije que te ibas a quedar a cenar, y aceptó, aunque a regañadientes - se encogió de hombros.

- Está bien.

- ¿Quieres unas zapatillas? - dijo mirando mis pies.

- Por favor - Justin se levantó y lo seguí hacia su habitación. Encendió la luz y abrió el armario. Me senté en el borde de la cama y Justin sacó unas zapatillas azules. -Gracias - me levanté y me las puse.

- Toma - Justin cogió una sudadera azul oscura y me la dio. La cogí y me la puse. Después lo seguí hacia la cocina. - ¿Que quieres cenar? - dijo mirando la puerta del frigorífico.

- Lo que quieras - me apoyé en la encimera y miré la decoración de la cocina.

- Mmmmm... ¿Que te gusta?

- De todo.

- ¿Comida china? - me miró y asentí.

Después de pedir la comida volvimos al salón. - Sigo esperando a que me digas que te pasó - dije refiriendome al dia que le habían golpeado.

- Te dije que nada importante - se sentó en el sofá.

- Oh vamos, ¿Por qué no tienes confianza conmigo? - me senté a su lado, manteniendo distancia con él para poder mirarlo.

- ¿Por qué iba a tenerla? - él me miró alzando una ceja.

- Yo la tengo contigo.

- Ese es tu problema  - eso dolió.

- Vaya, así que este es el Justin capullo. Ya decía yo que te veía muy perfecto.

- Yo soy perfecto - Justin me miró y sonrió fugazmente.

- En tus sueños. - Justin se acercó a mí y me eché hacia atrás.

- Y en los tuyos - susurró a centímetros de mis labios. Mi corazón bombeaba con fuerza ante su cercanía.

- Más quisie... - sus labios se unieron con los mios interrumpiendo lo que iba a decir y su lengua entró directamente en mi boca. Puse mis brazos alrededor de su cuello y le seguí el beso. Me eché hacia atrás en el sofá trayendo a Justin conmigo, haciendo que se pusiera encima de mí sin aplastarme.

Pasé mis manos por su pelo. Una mano de Justin viajó desde mi muslo y subió mi pierna en su espalda. Justin dejó mi cuello y besó mi mandíbula. Involuntariamente eché mi cabeza hacia atrás para que tuviera mejor acceso a mi cuello. Dejó un beso mojado casi detrás de mi oreja. Y sentí su respiración en mi cuello y después mordió el lóbulo de mi oreja.

El timbre sonó y Justin levantó su cabeza y miró hacia el pequeño pasillo que daba a su puerta. - Que rápidos son - lo dejé ir y se levantó. Me senté en el sofá y sonreí cuando Justin no pudo verme. Sus besos se sentían tan bien...

- ¿¡Por qué no respondes a mis llamadas!? - la voz de una chica sonó alterada.

- Rachel espe... - ella apareció y me miró. Su cara pasó por varias fases : Tristeza, enfado e ira.

- ¿Que hace la suicida aquí? - sus palabras pisaron los cristales rotos de la pared de cristal que mi madre había roto ayer. ¿Justin se lo había contado? ¿Quien era ella?

- ¡Rachel! - Justin sonaba enfadado. - ¿¡Por qué hablas así?! ¿¡Que va mal contigo!? - Rachel se giró para encarar a Justin.

- ¡No puedo creer que estés con ella! ¿En serio? - Justin la arrastró hacia la cocina y cerró la puerta. Lo que no sabía Justin, es que podía escuchar todo.

- ¿Pero que más te da?

- Ella no te merece joder, ¿La has mirado bien? Deberías haber dejado que se tirara.

Decidí ir poniendome mi abrigo y mis zapatos. Fui a la habitación de Justin y me quité las zapatillas dejandolas a un lado. Aún estaban discutiendo. - Rachel, fuera de mi casa, ahora - escuché decir a Justin. Me quité su sudadera y la dejé bien puesta encima de la cama. Cogí mi abrigo y me lo puse. Fui al salón y cogí mi móvil que estaba encima de la mesa.
Respiré hondo, no iba a llorar... O por lo menos lo intentaría.

Me asomé a la cocina para ver a Justin suspirando y pasando una mano por su pelo. - Mmm... Me voy - llamé su atención. Él se giró y me miró frunciendo el ceño.

- No, ¿Por qué?

- Tengo que irme - me dirigí a la puerta pero él me detuvo cuando fui a abrir la puerta.

- Lo siento, no debí de haber dicho nada, yo solo había quedado con ella y le conté por qué llegue tar... - lo interrumpí.

- No tienes que darme explicaciones, fue mi culpa, no debí de haberte echado cuenta.

- ¿Te arrepientes de no haber saltado? - él no podía ver mi rostro, ya que estaba de espaldas a él. Hice un puchero con mi labio inferior y aguanté un sollozo.

- Si - abrí la puerta. - Todos los días - susurré.

- No quiero que pienses eso - cogió mi brazo.

- No quiero tu compasión.

- No es compasión, quedate, no quiero que te vayas.

- Déjame - solté su agarre y salí de su casa.

- _______ - empecé a bajar las escaleras encontrandome con el repartidor de comida china.

- ¿Comida China? - le dijo a Justin.

- Mmmm.... Si, joder - seguí bajando las escaleras mientras me repetía a mi misma que esperara a llegar el coche para poder llorar.

Me apresuré y abrí la puerta. Era de noche y estaba nevando. Me encogí en mi abrigo y caminé rápido hacia mi coche. Rebusqué en los bolsillos las llaves de mi coche pero no las encontré, solo estaba mi inhalador. ¿Me las habíado olvidado?

- Mierda, mierda - le di una patada a la rueda del coche con rabia mientras que lloraba. ¿Por qué esto me pasaba a mí?

Intenté abrir la puerta mientras sollozaba. No me importaba estar llamando la atención. Resbalé debido a que la acera estaba resbaladiza. Y apoyé mi frente en el coche.

- ________ - escuché la voz de Justin y patinó en la acera, callendo y llegando hacia mi, por lo que sus piernas chocaron con las mías. - Hey, nena - sus brazos me rodearon y me atrajo hacia él. - Shhhh... Estoy aqui - lloré en su pecho y me aferré a su camiseta.

- No se que he hecho para que todo el mundo me odie. Y desee que muera. - dije entre sollozos y sintiendo mi pecho oprimirse.

- No has hecho nada. - empecé a respirar con dificultad y me separé de Justin intentando meter la mano en mis bolsillos. - ¿Estás bien?

- Necesito mi inhalador - conseguí sacarlo de mi bolsillo y lo abrí. Lo puse en mi boca y lo pulsé mientras aspìraba. Justin limpió las lágrimas que caían por mis mejillas.

-Odio verte llorar, _____. Ellos no merecen tus lágrimas. - acarició mi pelo y me fui relajando. Justin se levantó cogiendome en el proceso. Escondí mi rostro en su pecho y deje que me llevara de nuevo dentro. El calor de su casa me hizo relajara. Justin cerró la puerta con el pie y olí a comida. La verdad es que no tenía hambre. Justin se sentó en el sofá conmigo en brazos. Ahora estaba sentada en sus piernas y mi cabeza apoyada en su hombro.

- Lo que ella ha dicho.... No tienes que echarle cuenta, ella solo esá celosa - miré hacia arriba y él miró hacia abajo para encontrarse con mi mirada. - Eres una persona increible, ________ Williams. No vale la pena que escuches a esas personas que dicen que no vales nada. Vales mucho.

- ¿Tú que vas a decir? - volví a mirar hacia abajo y sorbí mi nariz.

- ¿Crees que si no valieras la pena estaría aquí contigo?

- Eso es porque me tienes lastima. 

- No, eso es porque me gustas y me preocupo por ti - mi corazón bombeó rápido ante esas palabras y no fui capaz de mirarlo, ya que sentía que estaba poniendome roja.


- Sinceramente, no se cuando me he vuelto tan blando. Yo no soy así.

- Me gusta que seas así - Justin besó mi coronilla.

- Cuando necesites algo, o quieras escapar,  solo tienes que llamarme e iré a por ti. ¿Vale?

- Si.

- ¿Comemos? - dijo cuando su tripa rugió.

- Si - le sonreí a medias y Justin me dio un pequeño beso.




- ¡Hey! Eso era mio - dije quejandome porque me había quitado mi plato de arroz.
- Lo siento, ya es mio, tengo el cuerpo más grande que tú, tengo que comer más, aunque podemos compartirlo. - alcé una ceja y me acerqué de rodillas hacia él, ya que ambos estabamos comiendo en el suelo. Hay que decir que Justin tenía una alfombra. Justin cogió con su tenedor un poco de arroz y me lo acercó a la boca. La abrí y el metió el arroz dentro. - Eso fue sexy, Williams. - negué con la cabeza y mi móvil sonó. Estiré mi mano y lo cogí. 

-¿Si?

-¿Donde estás? ¿Sigues con él? ¿Estás bien?

-Si, sigo con él. Y sí, estoy bien. ¿Que pasa?

-Solo estaba preocupada. - fruncí el ceño. ¿Ashley preocupada por mi? Pensé que no iba a vivir para verlo. 

- Estoy bien, iré a casa dentro de un rato. 

-¿Ya has comido?

-Estoy en ello.

-Está bien, ten cuidado, no hagas nada de lo que puedas arrepentirte. 

-Claro que no - dije sin poder creerme lo que estaba escuchando - Nos vemos luego. - colgué sin dejar que ella se despidiera. 

-¿Tu hermana? 

-Si, ella me asusta. 

- ¿Por qué? - dijo Justin con la boca llena de arroz. 

-Ella solía ignorarme, y sin ninguna razón, yo era su peor enemigo. Ahora se preocupa por mí, es algo confuso. 

-Quizás a abierto los ojos. - me encogí de hombros. 

Cuando terminamos de comer, Justin me acompañó al coche, después de una sesión de besos en su alfombra. Le había prometido que sería fuerte y no dejaría que los comentarios de los demás me afectaran. 

-Ten cuidado - dijo apoyandose en la puerta abierta de mi coche. 

-Lo tendré. - Justin bajó su rostro y yo me puse de puntillas para juntar nuestros labios. - Hasta mañana.

-Adiós pequeña pingüino. - sonreí y me monté.

Después de un día casi increible, tenía que enfrentarme de nuevo a lo que había en casa. ¿Estaría mamá enfadada? ¿Habría vuelto papá? Lo había estado llamando pero él no respondía mis llamadas, ni mis mensajes. Así que pensé en intentarlo después, o mañana. Necesitaba verlo y decirle que lo necesitaba, que no me dejara. 

Twitter : @desirealba #Breathe

viernes, 10 de enero de 2014

Capitulo 9





"La pared de cristal que había ido formando alrededor de mi corazón se iba rompiendo sin yo poder evitarlo"




Fui a casa después de que mi hermana me enviara un mensaje diciendome que iban de camino. 

Aparqué y bajé colgando el bolso en mi hombro. Había reemplazado mis tacones por unas converses. Saqué las llaves del bolso y abrí la puerta.

La luz de la entrada estaba encendida, así que acabarían de llegar. Me quité el abrigo y lo deje en la percha. Escuché ruido arriba y subí.

- ¿Que le ha pasado? - le pregunté a Ashley cuando subí las escaleras.

- Papá se ha ido de casa y mamá ha tenido un ataque de ansiedad.

Me quede en shock. ¿Papá se habia ido? ¿La única persona a la que le importaba y me defendía me habia dejado?

- Voy abajo, Harry se quedará esta noche aquí por si pasa algo - mi hermana bajó las escaleras.

El aire se quedó atrapado en mi garganta y mi corazón empezó a bombear con fuerza. Mi inhalador. Abrí la cremallera del bolso.

- ¿Ya ha llegado?  - la voz de mi madre precipitandose por por el pasillo me hizo levantar la cabeza. Ella lucía horrible. Su pelo corto estaba desordenado, su cara pálida y sus ojos rojos y llorosos. Cuando ella se acercó a mí, la parte ingenua pensó que iba a darme un abrazo, pero en cambio, su mano voló hacia mi mejilla haciendo girar mi cara y que mi mano fuera automaticamente a ella para aliviar el dolor que me había dejado.

No me dio tiempo a reaccionar cuando ella estaba cogiendo ambos lados de mi pelo - ¡Tu padre nos ha abandonado por tu culpa! - tiró de mi hacia el pequeño mueble que habia allí. Haciendo que chocara con el y tirara los adornos que allí había al suelo, y yo con ellos. - ¡Todas las peleas que teníamos eran por tu culpa! ¡Tú has destrozado nuestro matrimonio! - necesitaba aire, no podía respirar. Las lágrimas nublaban mi visión mientras intentaba incorporarme. - Ojalá mueras por uno de tus estúpidos ataques de asma. No te mereces el aire que respiras - escupió.


- ¿_______? - escuché la voz de Harry por encima de mi agitada respiración y el pitido en mis oidos. Sentí unas manos en mis hombros.

Escuchaba gritos, pero no era capaz de escuchar con claridad lo que estaban diciendo. Las manos de Harry dejaron mis hombros y me apoyé en la pared mientras esa pared de cristal que había ido formando alrededor de mi corazón se iba rompiendo sin yo poder evitarlo.

Sentí algo en mi boca. - Aspira ________ - mi inhalador. Puse mi mano encima de la de Harry y esperé que el alivio del inhalador llegara. - Shhh... Tranquila - peinó mi cabello.

Mis manos temblaban mientras lágrimas de dolor caían por mi rostro.
Separé el inhalador de mi boca cuando sentí que podía respirar de nuevo.

- La llevaré a su habitación - sentí a Harry levantarme del suelo y mi cabeza se apoyó en su pecho.

¿Yo había sido la causante de que él nos abandonara? Yo quería a mis padres, jamás haría nada para dañarlos o hacerlos sufrir. 

- ¿La llevamos al hospital? - un sollozo proveniente de mi hermana hizo que abriera los ojos. 

- Estoy bien - murmuré - solo necesito dormir. Gracias. - me incorporé un poco.


- La ayudaré a cambiarse - mi hermana sorbió su nariz.

- No necesito ayuda, estoy bien - limpie mis lágrimas.

Después de ponerme el pijama mientras lloraba en silencio, cerré el seguro, apagué la luz y me metí entre mis sábanas.

Respiré hondo antes de salir del coche. Hoy era una preciosa mañana que no iba acorde con mi humor. Cerré el coche y entré en la cafetería. No es que me apeteciera salir de casa, yo no quería estar allí, así que decidí comprar un café para llevar y tomarmelo en el coche. Un increible plan.
Me apoyé en la barra y miré las uñas de mis manos pintadas de negro, como mi estado de ánimo.

- Hola, ¿Que te pongo? - la voz de una chica me hizo levantar la cabeza. Y vi a la misma chica que había visto en mi "segunda cita" con Justin. Su pelo esta vez estaba recogido en una coleta alta.

- Un café con leche para llevar, por favor - ella asintió y la vi moverse detrás de la barra con gracia. No me habia quitado mis gafas de sol, así que ella no sabía que la observaba. Era guapa. Sus ojos eran grandes y grises. Y su pelo castaño era brillante y liso. 

El rimel hacia que sus pestañas fueran largas y negras. En sus labios llevaba gloss.


- Pequeña pingüino - la voz de Justin en mi oido me sobresaltó. Me giré y el se apoyó en la barra frente a mí. - Hola - me hechó una sonrisa radiante.
- Hola - dije sin alegría.

Antes habría ocultado mi estado de ánimo y el dolor, ya supongo que todo me daba igual.

- Aquí tienes - la chica puso el café frente a mí.

- Gracias - saqué dinero de la cartera y lo puse en la barra.

- ¿Estás bien? - Justin me siguió cuando cogí mi café y me dispuse a salir de allí.

- Perfectamente - murmuré y abrí la puerta de la cafetería.

- ¿Y tu madre? ¿Fue algo grave? - negué con la cabeza y saqué las llaves del coche del bolsillo de mi abrigo. - Hey - cogió mi brazo. - ¿Que te pasa? - pude ver confusión en sus ojos.

- Nada - me solté de su agarre y seguí caminando. No iba a contarle nada. 

Apunté con las llaves a mi coche pero Justin me las quitó.
-¿Que ocurre?  No eres la misma de ayer - acarició mi mejilla y lo miré a través de mis oscuras gafas de sol.

- Solo es un mal día - me encogí de hombros.

- ¡Justin, el café! - gritó la misma chica desde la puerta.

- Joder - murmuró - ¿Si te digo que esperes lo harás? - me encogí de hombros. ¿Lo haría? ¿Estaba de humor para eso?

Justin dejó mi mejilla - ¡Ya voy, Rachel! - Justin besó la mejilla que antes había acariciado para después salir corriendo de nuevo a la cafetería. Le di un sorbo a mi café y me di la vuelta para montarme en mi coche. Busqué las llaves en mis bolsillos y me di cuenta de que Justin se las había llevado. Suspiré y volví a darle otro sorbo a mi café.

Justin no tardó en aparecer. - Pensé que te ibas a ir.

- No tenía mis llaves - señalé su mano.

- Oh - el sonrió. - ¿Vienes? - me hizo una seña.

- No, gracias. Ahora si me das las llaves de mi coche... - fui a quitarselas pero él las alzó y negó con la cabeza.

- ¿Por qué llevas esas gafas? Hace un día precioso - dijo el que llevaba las gafas colgadas de su camiseta.

- El sol me molesta.

- Quiero ver tus ojos - dijo mientras me quitaba las gafas de sol. El me miró, le quité las gafas y volví a cubrir mis ojos. No me habia maquillado, por lo tanto mi rostro estaba palido y debajo de mis ojos habían aparecido unas pequeñas ojeras de no haber dormido esta noche. Justin me miró y se agachó para poner mi cuerpo sobre su hombro y levantarse.

Grité ante la sorpresa y mantuve el café en pie. - ¿Que haces? - nos alejabamos de mi coche. - Justin - llamé su atención pero él me ignoro. - Bájame - le ordené.

- No lo haré - vi que entramos en un portal. Le di con mi mano libre en su trasero y Justin me dio de vuelta en el mio.

- Auch - me quejé - eso ha picado - él había empezado a subir las escaleras. - Se me está subiendo la sangre a la cabeza.


Escuché abrir la puerta y entramos en su casa. Escuché a Sammy ladrar. - Hola chico - Justin lo saludó. Me tensé y grité cuando lo vi justo debajo de mi cabeza. Levanté un poco mi cuerpo para que él no me alcanzara. Justin se dio la vuelta para ver que pasaba y di con mi cabeza en un mueble. - Ay Justin, cuidado - reí poniendo mi mano libre en mi cabeza.

- Vamos Sammy, a la cocina - Justin caminó y escuché una puerta cerrarse. Él me bajó y tuve cuidado con el café. Cuando mis pues tocaron el suelo me sentí un poco mareada y me agarré con mj mano libre del brazo de Justin.
Mis pelos deberían de estar revueltos y mis gafas estaban mal puestas, al igual que mi abrigo.  - Pareces salida de un maratón de se.xo, _______ Williams. - se burló.

- Muy gracioso - me puse mis gafas bien.  Justin me quitó las gafas y frotó mi cabeza. - Lo siento - se disculpó por el golpe de antes.

- No importa. - entonces me di cuenta de que estaba en casa de Justin. Los dos solos.

- ¿Quieres que te caliente el café?

- Si, por favor - me aparté de la puerta de la cocina temiendo a que Sammy saliera.

- Ponte cómoda - dijo señalando el sofá. Asentí y me dirigí a uno de ellos mientras desabrochaba mi abrigo. Me lo quité y lo dejé a un lado. Justin volvió cuando programó el microondas y encendió la calefacción. Volvió a la cocina y me senté en el sofá blanco mirando a mi alrededor.

- Aquí tienes - me lo dio.

- Gracias - lo sostuve y él se sentó a mi lado.

- ¿Que te ha pasado en el ojo? - preguntó girando mi cara y observó el pequeño corte que tenía debajo de él.

- Me he arañado mientras dormía - mentí.

- Vaya... - pasó su dedo por el corte y después bajó su mirada a mis manos, examinandolas.

- ¿Ha comprobado su miento detective Bieber? - Justin sonrió de lado y le di un largo trago a mi café.

- Si, lo he comprobado. ¿Ha pasado algo? - negué con la cabeza - Sabes que puedes contarmelo. - Justin cogió uno de mis mechones y empezó a jugar con él.

- Mi padre se ha ido de casa - me encogí de hombros - A mi madre le dio un ataque de ansiedad, pero está bien.

- Lo siento - asentí. - ¿Y a ti? ¿Que te ha pasado?

- Mi madre me hecha la culpa de eso y perdio los papeles conmigo -bebí.
- ¿Perdió los papeles? ¿A que te refieres? - abrí la boca para contestarle pero él me interrumpió. - Espera, ¿Ella te pegó?

- Mmmm... Si, pero no fue nada grave, estoy bien, me hizo mas daño lo que dijo - dejé el café encima de la mesita.

- ¿Que te dijo? - preguntó.

« Ojala mueras por uno de tus estúpidos ataques de asma. No te mereces el aire que respiras » 

Su voz resonaba en mi cabeza con fuerza, como si estuviera delante de mí repitiendomelo una y otra vez. Mi madre no me quería, y eso me partía en dos.

- ¿________? - parpadeé y me di cuenta de que había dejado que varias lágrimas se escaparan de mis ojos. Me levanté.

- Tengo que irme - las limpié con la parte trasera de mi mano.

- ¿Por qué? - Justin cogió mi brazo y me giró. - Hey, no llores ojos bonitos. - me atrajo hacia él y sus brazos rodearon mi cuerpo mientras que mis brazos rodearon el suyo.

- Nadie me quiere - sollocé - La única persona que me quería me ha abandonado. - me aferré a la camiseta de Justin. - Mi madre.... mi madre me dijo que ella quería verme muerta - Justin se tensó - Y.... que yo había roto su matrimonio. Yo no he hecho nada.

Lloré en su pecho queriendo sacar todo el dolor que sentía. Justin me cogio y se sentó, poniendome en su regazo. Mi cabeza estaba ahora en su hombro y mis brazos rodeaban su cuello. 

El me sostuvo hasta que me calmé. - Puedes limpiar tus lágrimas en mi hombro.

- Lo siento - me incorporé.

- No tienes que disculparte por llorar - sus dedos pasaron por mi espalda. - Y sobre lo que me dijiste antes... No creo que tu madre piense eso, quizás solo estaba demasiado afectada.

Miré a mi regazo, donde descansaban mis manos. - Ella me lo ha dicho desde que tengo uso de razón... - bajé del regazo de Justin.


Twitter : @desirealba / desirefanfic #Breathe 

sábado, 4 de enero de 2014

Capitulo 8







"- ¿Eres algo así como un super heroe? - lo miré. - No cariño, soy todo lo contrario. Pero si puedo ser tu super heroe personal."

A pesar de las discusiones en casa  -debido a que mamá creía que papá tenía un amante - yo estaba casi feliz. Había visto a Justin un par de veces más.

Me vestí con unos pantalones negros de talle alto y una blusa blanca después de maquillarme y alisar mi pelo.
Me puse mis tacones y mi abrigo. En el bolso guardé todo lo necesario. Salí de mi habitación y me encontré a mi hermana en el.

- ¿Donde vas?

- A un club con Jane y Robert - bajé las escaleras. Vi a mamá viendo la televisión. - Mmm..  Me voy - dije.

- No llegues tarde - dijo con desgana. Cogí del perchero mi bufanda y la lié alrededor de mi cuello.
Abrí la puerta y me encontré con papá. - Hola cariño - besó mi mejilla. - ¿Donde vas?

- Voy a un club con Robert y Jane.- volví a repetir.

- Ten cuidado - se despidió.

- Lo tendré - le hice una seña con la mano. Abrí el coche y me quité los zapatos para poder conducir. Encendí la calefacción y después la radio.

Golpeé el volante al ritmo de la música mientras conducía. No es que me gustara salir de fiesta en Invierno, pero estaba deseando liberar estrés y olvidarme un poco de las peleas en casa y de la universidad, y bailar no era una mala idea.





Aparqué cuando encontré un sitio. Jane y Robert me estaban esperando en la entrada. - Por fin - dijo Robert cuando llegué - ¿Por que las chicas tardan tanto?

- Porque tenemos que arreglarnos para estar guapas - Jane le sonrió.

- Ustedes ya estan guapas sin maquillaje - nos guiñó un ojo y ambas reimos. El portero nos dejó entrar despues de pedirme el DNI.

Después de dejar los abrigos agarré el brazo de Robert y Jane agarró mi mano. Pasamos entre la gente y nos dirigimos a la barra. Robert se pidió una copa y a nosotras dos coca-colas.
Encontramos un sitio donde pudieramos bailar y bailamos mientras Robert hablaba con un amigo que se había encontrado.



Jane y yo bailamos al ritmo de la música moviendo nuestros brazos y caderas de un lado a otro. Incluso haciendo nuestras tonterías mientras reíamos.
Jane puso su brazos en mis hombros y se acercó a mi oido.

- Voy a por otra bebida. ¿Quieres una? - negué con la cabeza y me quede donde estabamos mientras ella se acercaba a la barra.

Unos chicos que no conocía nos habían estado mirando desde que empezamos a bailar. Hasta el punto de que llegaba a sentirme un poco intimidada. Jane se acercó feliz y puso en mi mano una especie de cuenco con frutos secos. Después volvio a irse. Miré el cuenco en mi mano y metí una almendra en mi boca. Alguien tocó mi hombro, me giré y vi al grupo de chico que no dejaba de mirarnos. Uno de ellos de acercó a mi oido.

- ¿Quieres bailar con mi amigo? - negué con la cabeza. - ¿Por qué?

- Tengo novio - mentí y me encogí de hombros. El chico empezó a reirse. Fruncí el ceño para después girarme y darles la espalda.

- ¿Que te pasa? - volvió a decirme en el oido. Ellos habían formado un circulo a mi alrededor.

- Déjame - lo ignoré y alguien tiró de uno de los mechones de mi pelo. Miré hacia atrás enfadada y los vi riendose de nuevo. Me giré y volvieron a tirarme del pelo. Me giré y tiré el contenido del cuenco encima del que me habia tirado del pelo. Lo miré muy enfadada. ¿Es que no podían dejarme en paz?
Me giré dispuesta a irme.

- Dejala, no vale la pena - escuché.

- Si es fea. - volvieron a tirarme del pelo y cogí mi bebida de la mesa y los amenaze con tirarle la bebida.
- Ella debería de tirarse de un puente - eso hizo que un dolor se formara en mi pecho. Solo quería empezar a llorar. Volvieron a tirarme del pelo. Fui a tirarles la bebida encima alguien se puso delante de mí. Me fijé en el chico alto que se puso frente a mi, dandome la espalda y vi el brazo tatuado de Justin.

Él estaba amenazando a los chicos. Estaba en tensión. Pude ver sus puños apretados y cuando avanzó hacia ellos rodeé con mis brazos uno de sus brazos y tiré de él hacia mi.

- ¡Justin dejalo! - grité por encima de la música. Volví a tirar de él y este me miró. Su mirada se suavizó un poco. Se giró y me puso el brazo alrededor de los hombros de forma protectora y después de echarle una última mirada a esos chicos nos alejamos de allí. ¿Podía irme a casa y meterme entre mis sábanas ya?
Justin me llevó al otro lado del pub y se puso frente a mi. Puso sus dedos en mi mentón y levantó mi rostro para que lo mirara. Él se acercó a mi oído.

- ¿Te hicieron algo? - su voz hizo que un escalofrío recorriera mi columna. Negué con la cabeza. Y el pareció relajarse un momento y sonrió.

Me miró de arriba abajo y sonrojé. Justin enrededó su dedo en un mechón de mi pelo y lo dejó libre. Sus manos se dirigieron a la parte baja de mi espalda. Se acercó a mí y juntó nuestros labios. Aún no me había acostumbrado a que hiciera eso. Puse mis manos en su cuello mientras que mi yo interior bailaba.
Su lengua pidio paso a mi boca y la dejé entrar.

Algo me separó de Justin, o mejor dicho alguien. El agarre de Robert se cernía sobre mi brazo y lo miré confusa. - ¿Que estás haciendo? - me gritó por encima de la música. Vi que Jane estaba trás de él mirandonos con la boca abierta.

Me acerqué a su oído. - ¡Él es Justin! - Robert me miró frunciendo el ceño y después miró a Justin con desconfianza.

Robert le tendió la mano y Justin la aceptó. -  Robert - dijo.

-Justin - ambos estrecharon su mano mientras yo mordía mi labio.

- ¿Te quedas con él? - asentí en dirección a Robert y este juntó sus labios en una fina linea. - Está bien - me abrazó y palmeé su espalda en señal de que era suficiente. - Llamame si necesitas algo, y avísame cuando llegues a casa.

-Si, tranquilo - rodé los ojos y él se fue junto a Jane, que saludó a Justin con la mano. Sentí sus manos rodear mi cintura y me puse nerviosa.

- No sabía que tenías un hermano - dijo con voz ronca.

-No es mi hermano, es mi mejor amigo. - puse mis manos encima de las suyas.

- ¿Mejor amigo celoso?

- Un poco - ¿Por qué tenía que ponerme tan nerviosa? Quizás porque nunca me había pasado esto, era la primera vez que un chico estaba tan cerca de mí, que se interesaba por mi y que....

Él se separó de mi - Espera aquí - asentí y lo vi alejarse perdiendose entre la gente. No paso mucho tiempo hasta que apareciera de nuevo. - Vamos - cogió mi mano y nos metimos entre la gente para ir al guardaropa.

Saqué el ticket de mi sujetador ante la atenta mirada de Justin.Se lo di a la chica y esta me dio mi abrigo y mi bufanda. Justin cogió su chaqueta y se la puso.


Antes de salir del club me lie mi bufanda al cuello y me abroché los botones de mi abrigo. - ¿Vamos? - Justin me tendió su mano y la acepté.

- Gracias por lo de antes - empezamos a caminar alejandonos del club.

- No tienes que darlas, es un placer salvarte. - sonreí.

- ¿Eres algo así como un super heroe? - lo miré.

- No cariño, soy todo lo contrario. Pero si puedo ser tu super heroe personal. - me miró y miré hacia otro lado.

- ¿Por qué dices eso? No es que seas una mala persona ¿no? - intenté sacarle información. Tenía que averiguar por qué le pegaron el otro día.

- No, no lo soy. - eso me tranquilizó en parte. Justin abrió la puerta del copiloto de su coche para que entrara.

- ¿Donde vamos? - le pregunté antes de entrar.

- Montate, te gustará - confié en él y me monté. Me puse el cinturón y esperé a que Justin se montara.


Cuando lo hizo encendió la calefacción.
Arrancó y salió del aparcamiento. -Tu ceja y pómulo han mejorado. - dije intentando sacar el tema. La verdad es que no había dejado de pensar en ello, y estaba apunto de volverme loca.

- Si, ya estan mejor - dijo quitandole importancia.

- ¿Que te pasó? - pregunté.

- Nada importante. - asentí lentamente.

- ¿En serio? - alcé una ceja.

- ¿Por qué iba a mentirte? - me miró de reojo.

- Pues porque si - me quité el cinturón y me quité el abrigo para después ponerlo sobre mi regazo y volver a ponerme el cinturón.

- ¿Que te dijeron esos chicos?

- Nada importante - me encogí de hombros.

- Tuvo que serlo para que te pusieras así. Puedes contarmelo.

- En serio, no hay nada que decir, ellos estaban ebrios. - Justin cogió mi mano y entrelazó nuestros dedos.

- Sea lo que sea lo que te dijeron, te hizo daño. Pude ver el dolor en tus ojos - miré nuestras manos.

Me sentía bien. Verdaderamente bien. Supongo que esto era lo que necesitaba para sentirme agusto. Alguien que se preocupase por mi.



Justin aparcó al lado de la Plaza Nathan Phillips. No había nadie.Justin metió sus manos en los bolsillos y me agarré a su brazo para mantener el equilibrio.

Pasamos por el paso de peatones para cruzar a la plaza y mi tacón se dobló haciendo que me tambaleara.

Me agarré más fuerte al brazo de Justin y este dejó de andar. - ¿Estás bien? - me preguntó mirando mi pie.

- Perfectamente - moví mi tobillo comprobando de que estaba bien - Cualquier día voy a matarme - murmuré.

- Lo más seguro - Justin rió por lo bajo y esta vez tuve más cuidado.

La plaza estaba iluminada, tenía una especie de gran fuente en el centro, que seguramente ya estaría congelada y pronto se podría empezar a patinar allí. - ¿Vendremos a patinar? - me preguntó Justin a medida que nos acercabamos a la fuente.

- No lo creo - hice una mueca.

- ¿ Williams tiene miedo? - dijo llamandome por mi apellido.

- No tengo miedo, Bieber. Es solo que no quiero volver a caerme.

Ambos nos quedamos callados. En un silencio bastante cómodo.

Disfrutaba de su compañía. Solo se escuchaban mis tacones, nuestras respiraciones y algunos coches.
- Aquí - dijo parandose. - Saquemonos una foto - él sacó el teléfono de su bolsillo y después de apuntar la cámara a nosotros la sacó.

- ¿Te gusta sacarte fotos, verdad? - le sonreí.

- Si, me gusta captar los buenos momentos.

- Te entiendo - asentí. Arrugué mi fría nariz y supuse que la tenía roja. - ¿ Tengo roja la nariz? - le pregunte. Justin miró mi nariz y sonrió. - Eso es un sí. Debo parecer un payaso.

Justin dio con su dedo en mi nariz - No, no lo pareces.

- ¡Hey, Justin! - escuchamos la voz de un chico que venía corriendo hacia nosotros.

-¿Que quieres Michael?  - Justin murmuró molesto
.
-No te pongas así hombre, no sabía que estabas ocupado. Hola preciosa - me sonrió.

-Hola - le devolví la sonrisa.

- ¿Podemos hablar Justin? - Michael le hizo una seña y Justin me dejó para ir a hablar con su amigo. Solo escuchaba murmullos de aquellos dos. Caminé hacia delante para acercarme a la fuente. Ojalá tuviera aquí mi cámara. Miré hacia arriba y vi que estaba empezando a caer pequeños copos de nieve.

-¿Vamos? - puso sus manos en mi cintura.

-Si - me giré y él cogió mi mano.

-Ven, quiero mostrarte algo - caminé lo más deprisa que pude a su lado, mientras nuestras manos se aferraban fuerte. - Espera - paramos junto a la puerta de un edificio. Alguien salió y Justin me arrastró hacia dentro.

-¿Que estás haciendo? - murmuré mientras el calor del recibidor nos acogía. - Podrían llamar a la policía. - Justin llamó al ascensor y miró hacia todos lados.

-Confía en mi - tiró de mi dentro del ascensor cuando las puertas se abrieron. Justin pulsó al último piso y las puertas se cerraron.

-No se si quiero confiar en ti. ¿Donde vamos? - dije admirando el ascensor de lujo.

-¿Puede esperar? - rodé los ojos. No es que me gustara que me llamara la atención por colarme en edificios privados.

-¿Sueles hacer esto a menudo? - le pregunté mientras veía los números de las plantas pasar.

-No, no muy a menudo. - Paramos en la última planta y salimos. Justin miró a ambos lados y me guió por el inmenso pasillo hasta llegar a una puerta de contra incendio. Justin la abrió y miré una vez más hacia atrás para ver el pasillo vacio.

Cerramos la puerta detrás de nosotros y vi unas escaleras que subían hacia arriba, donde había otra puerta. Empecé a subir con un poco de dificultad, debido a mis tacones y aún sujetando la mano de Justin. Cuando llegamos yo estaba sin aire. - No estás acostumbrada a hacer ejercicio, ¿verdad? - me preguntó.

-Exacto - Justin abrió la puerta y el frío aire dio en mi cara. Había un gran escalon que separaba la azotea de la parte de adentro. Justin me ayudó a cruzar y cerró la puerta con cuidado para después poder abrirla.

En la terraza había varios tubos de ventilación por el suelo, por lo que no se podía andar muy bien. - Vamos - tiró de mi mano y empezamos a andar.

-¿Donde quieres ir? - le pregunté ya impaciente.

- Ya lo verás - me sonrió y me sentí morir en ese momento, iría al mismo infierno con él si me lo pidiera.
Practicamente nos pusimos en el otro lado del edificio y nos acercamos al borde. Me quedé impresionada al ver la ciudad de Toronto iluminada.

-Vaya, es increible - murmuré - Nunca lo había visto así. Debería de haber traido mi cámara.

-Te traeré de nuevo - le sonreí  y Justin puso su brazo alrededor de mis hombros y me estrechó contra él. Por lo que pasé un brazo por mi cintura y apoyé mi cabeza en su pecho. Me sentía como si estuviese en un sueño, del cual no quería despertar.

-Gracias por traerme - dije cuando ya llevabamos un rato en silencio.

-Te dije que te gustaría. Y no tienes que darlas - miré hacia arriba y le sonreí. Él bajó su rostro y juntó nuestros labios en un tierno beso, haciendo que me derritiera por dentro. El sonido de mi móvil nos interrumpió y nos separamos. Lo busqué por mi bolso hasta que lo encontré. Un mensaje de Ashley.

" Estoy con mamá en el hospital " 

-Tengo que irme - dije respondiendole a mi hermana un "ya voy"  .

-¿Todo bien? - me preguntó. 

-Mi madre está en el hospital - guardé el móvil de nuevo en el bolso. 

-Vamos entonces.

Hicimos el mismo camino de vuelta. Bajando en el ascensor, sin separar nuestras manos. Las puertas se abrieron y ambos salimos. 

-Buenas noches - dijo alguien, y me di cuenta de que estaba el de seguridad.

-Buenas noches - Justin contestó y aligeró el paso cogiendome esta vez del codo para que yo mantuviera el equilibrio. El de seguridad abrió la puerta y salimos. - Supongo que será nuevo. - dijo.

-¿Que? - me agarré a su brazo.

- Ese guardia de seguridad es nuevo. Normalmente los guardias conocen a todos los propietarios. 

-¿Cómo lo sabes? - él se encogió de hombros. 

- Eres muy raro - dije. Justin miraba al frente.

 - Yo no soy raro. Solo soy observador. 

 - ¿Ah si? - Justin abrió su coche. 

 - Si - entramos y él volvio a poner la calefacción.





 - ¿Volverás a traerme? - le pregunté de nuevo mientras nos dirigiamos al club.

 - Cuando quieras - me sonrió fugazmente y asentí. - No se te ve muy preocupada por tu madre - me miró de reojo.

 - Bueno... Si mi hermana no me llamó llorando, es que todo está bien. - Justin negó con la cabeza.

 - Deberías de interesarte más, pequeña pingüino.

 - Creeme, no vale la pena. - Justin paró al lado de mi coche y tuve una especie de deja vú. - Gracias por todo. - me quité el cinturón.

 - No tienes que darlas. - sonreí y me eché un poco hacia delante para darle un casto beso, que no resultó ser eso. Movimos nuestros labios en sincronía y me acerqué más a él. Puse una mano en su pierna para tener un punto de apoyo mientras él tenía su mano en mi nuca. Me separé de él y lo miré sin poder creerme que ese chico tan guapo y sexy se hubiera fijado en mí. - Nos vemos pronto - dijo soltando su agarre. 

 - Si, me puse bien. Adiós - salí de su coche. 

 - Adios preciosa.





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