Breathe

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sábado, 22 de febrero de 2014

Capitulo 15





" - No ahora pequeña ________, tengo cosas que hacer. - él apretó el gatillo y tapé mis oidos."

Acababamos de cenar y había insistido en lavar los platos. Necesitaba pensar en todo esto. Habían ocurrido muchas cosas y necesitaba despejar mis ideas.

Una parte de mi me regañaba porque no tenia que haber perdonado a Justin tan rápido. La otra parte... simplemente estaba volando por como Justin me trataba y me hacia sentir.

Aún estaba un poco en shock por lo de Sammy. Verlo sangrando en el suelo no es que fuera un buen recuerdo. La idea de que tambien habían entrado en casa de Michael me hacia temer, ¿Y si ellos vuelven?
Unas manos en la cintura hicieron que me sobresaltara. - Solo soy yo - dijo Justin. Y relajé mi cuerpo. - ¿Que estabas pensando? - enjuagué el jabón del último plato.

- Han pasado muchas cosas en muy poco tiempo - sequé mis manos en un paño.

- Si, lo se - me giré y miré a Justin. 

- Una parte de mi cree que es mejor que salga corriendo y huya de ti.


- ¿Y la otra?

- La otra quiere quedarse porque le gusta estar contigo.

- ¿Que vas a hacer? - él había empezado a trazar circulos con su pulgar sobre mis caderas, cosa que me desconcentraba. Cuando fui a contestar su móvil sonó y él me soltó a regañadientes y sacó el teléfono de su bolsillo delantero.

- Dime Rachel - miré a Justin, observando su rostro concentrado. - Si, no te preocupes, ahora voy...... Si, te llamo ahora. - Colgó.-  Tengo que irme, volveré antes de que te haya dado tiempo a echarme de menos. - sonreí a medias y lo seguí a la entrada. - No tardes en acostarte, te dejé unos pantalones y una camiseta encima de la cama, tambien unos boxers por si quieres ducharte. No habras la puerta a nadie - dijo mientras se ponía la chaqueta.

- Está bien, papá - rodé los ojos. Justin sonrió y se acercó para besar mi frente.

Salió de casa y suspiré, me daría una ducha.

Dejé que el agua caliente cayera por mi cuerpo, quitando todo el jabón y relajandome. Cuando me sentí satisfecha, busqué en el baño una toalla y la lié alrededor de mi cuerpo, y otra en mi pelo.
Miré mi rostro en el espejo, el rimel estaba corrido debajo de mis ojos. Me di con la toalla hasta conseguir quitarlo.

Me puse una camiseta blanca de mangas cortas, los boxers de Justin y unas calzonas, que me quedaban un poco grandes. Me miré al espejo, parecía un payaso con toda esta ropa grande.

No cepillé mi pelo para que se me quedara ondulado, estaba sin enredos al desenredarlo con la mascarilla y mis dedos.

Me di un poco con el secador que encontré buscando por el mueble y metí mis culotes y las toallas en la ropa sucia.

Salí y cogí mi bolso del salón, apagué la luz y fui a la habitación donde dormí la otra vez. Cerré la puerta y miré mi teléfono cuando ya estuve sentada sobre la cama. ¿Que le habrá pasado a Rachel?.
La lampara de la mesita de noche estaba encendida. One republic sonaba en mis auriculares mientras subrayaba lo que tendría que estudiar próximamente. - I feel something so wrong doing the right thing - canté, o más bien tarareé en voz baja. Miré hacia el frente y vi a dos chicos vestidos de negros. Grité del susto y tiré de mis cascos mientras me echaba hacia atrás pegandome al cabecero de la cama.

Mi corazón iba a cien por hora. Apunto de darme un ataque al corazón. - ¿Donde está Bieber? - preguntó el pelirojo.

- No lo se - respiré intentando relajarme. Ambos se miraron.

- No estamos jugando, ¿Donde está? - el moreno se acercó a mi y me separé de su lado.

- Te dije que no lo se, él se fue sin decirme donde iba.

- Cogela, nos la llevaremos hasta que nos pague lo que nos debe. - el pelirojo habló y el moreno cogió mi brazo haciendome entrar en pánico.

- Soltadla - miré a la puerta y vi a Steph apuntando con un arma en cada mano a los chicos.
El moreno me soltó y levantó las manos en son de paz.

 -  Dile a tu Bieber que queremos nuestro dinero, la próxima vez, ella estará igual que el perro. - me estremecí ante sus palabras.

- Creo que podemos solucionar el tema del dinero. Hay dos maletines en el salón, ¿Que les parece si arreglamos esto? - los dos chicos se miraron para después mirar inseguros a Steph. - ¿No me creen? - guardare las armas - y las guardó detrás de sus
Jeans. - Pasaré yo primero, ahora vengo preciosa - me guiñó un ojo y salió de la habitación seguido por los dos chicos.


¿Que había sido eso? ¿De que dinero hablaban? ¿Justin le debía dinero a mafiosos? ¿A que se dedicaba Steph? ¿Estaba metido en algo malo? La gente no va por ahí con maletines llenos de dinero.
Steph no tardó en llegar y sonrió al verme en la misma posición - Tranquila, preciosa. No hay nada que temer ahora. ¿Estás bien?

- Si, solo un poco aturdida - moví mi cabeza y me puse bien en la cama, recogiendo mis libros. - ¿Que haces aqui?

- Justin me llamó para que vigilara esto, yo me retrasé un poco - asentí.

- ¿Que debe Justin?

- Será mejor que duermas. - Steph quitó los libros de la cama.

- ¿Quienes eran esos chicos? ¿Los conocías? - dejé mi móvil en la mesita.

- ¿Quieres un vaso de agua? ¿Una pastilla para dormir? - se puso a mi lado de la cama.

- Estoy bien.

- Entonces duerme, estaré aquí por si necesitas algo. - apagó la luz y lo vi irse de la habitación. Me quedé confusa y me metí entre las sábanas. Ni siquiera me dio tiempo a pensar sobre todo esto. Apoyé la cabeza en la almohada y me quedé dormida.



Mi despertador sonó y me incorporé un poco aturdida, la claridad entraba por la ventana y yo estaba en la cama de Justin sola. Apagué el despertador, las seis de la mañana.

Tenía que ir a casa de Harry a por mi ropa, hoy era viernes y tenía que ir a clases. Me levanté y me puse las zapatillas que Justin me había dejado la noche anterior.

¿Él aun no había llegado? Abrí la puerta y fui al salón para verlo sentado en el sofá mirando al suelo. - ¿Justin? - él me miró. Lucía cansado, ¿No había dormido en toda la noche? - ¿Estás bien?


- Si, lo estoy - suspiró. - Siento lo de ayer, no debí de haberte dejado sola.
- No hay problema.

- Deja de hacer eso.

- ¿El que? - fruncí el ceño.

- Deja de ser tan buena, no me merezco eso.

- Justin, lo hecho está hecho, no sabíamos que iba a pasar eso, gracias a dios Steph llegó a tiempo. Y quiero hacerte una pregunta ¿Que escondes? ¿Por qué les debes dinero? - Justin se tensó. - Merezco que me des algunas respuestas. 

-No, no lo haré - se levantó y me esquivó. Lo seguí hasta su habitación y lo vi quitarse la camiseta por el camino, dandome una increible vista de su espalda.
Entró en la habitación y tiró la camiseta a un lado.

- ¿Por favor?

- No, no hoy pequeña pingüino - quitó sus pantalones para sustituirlos por unos pantalones de pijama azules.
 
- ¿Entonces? - Justin echó las mantas hacia atrás ignorandome. - ¿No vas a contestarme?

- No tenía intención. ¿No vas a venir a la cama?

- Tengo que ir a la universidad.

- No vayas hoy y acompañame - dijo con voz adormilada.

- No puedo hacer eso - me dirigí a la mesita de noche para coger mi móvil. Justin se estiró y cogió mi muñeca.

- Duerme conmigo, tienes cara de sueño. Es muy temprano.

- Si, lo es. Pero... - él tiró de mí hasta caer en la cama - no puedo faltar.

- Solo hoy pequeña _______, quiero abrazarte mientras duermo.

Me metí bajo las sábanas  y me puse de espaldas a Justin. Este puso una mano en mi cintura y e atrajo hacia él. Mi espalda tocó su pecho y me sentí nerviosa ante esto. Me abrazó me intenté que mi cabeza dejara de dar vueltas y quedarme dormida de nuevo. No lo conseguí.
Escuché la respiración pausada de Justin e intenté relajarme en sus brazos y dormir.


" Entré en una casa abandonada, necesitaba encontrar a Justin y decirle que me llevara a casa. - ¿Justin? - miré por la sucia cocina y después por el salón. Escuché ruido en el pasillo y me dirigí hacia él, mirando en cada una de las habitaciones. Vacías. Solo me quedaba la última, con el corazón encogido por lo que podía encontrarme. Abrí la puerta suavemente y vi a Justin, apuntando con el arma a una mujer.

- ¿Justin? ¿Que estás haciendo? - dije asustada.

- No ahora pequeña ________, tengo cosas que hacer. - él apretó el gatillo y tapé mis oidos mientras el cuerpo de la mujer caía inerte sobre el suelo. Justin me miró y empezó a caminar hacia mi.
Retrocedí y salí de la habitación. Choqué con un pecho y miré hacia arriba para ver al chico pelirojo.  Retrocedí un poco y ese chico me apuntaba con un arma. Iba a morir.  Sentí un peso encima de mi cuando fue a apretar el gatillo."

Me desperté sobresaltada. Justin aún tenía su brazo puesto encima de mí, incluso su pierna.

Me giré como pude y lo abracé haciendo que Justin se despertara.

- Hey, ¿Estás bien? - murmuró.

- Solo una pesadilla - murmuré.

- Ya ha pasado, estoy aquí - Me apoyé en su hombro y Justin acarició mi mejilla.


@desirealba #BREATHE

sábado, 15 de febrero de 2014

Capitulo 14





Canción : Birdy - Wings 

"Algo de ti, es una adicción, que me golpea con su mejor golpe"


Justin aparcó frente a su edificio. Él se bajó y yo me quedé inmóvil en el asiento, no iba a subir. ¿Y si Justin era peligroso? Él llevaba un arma.

La puerta se abrió y no me moví. - ¿No vas a bajarte? - me preguntó. Negué con la cabeza. Justin se acercó a mi y desabrochó con facilidad el cinturón de seguridad. - Vamos - me quitó los libros de mis piernas y me quedé solo con mi bolso.

- No voy a bajar - murmuré. Hizo un movimiento rápido y yo ya estaba fuera del coche y los libros que él había cogido en el asiento.

Justin cerró la puerta y me empujó hasta que mi espalda dio en el coche.

- ¿Se puede saber que demonios te pasa conmigo? - sus manos estaban apoyadas en el coche a cada lado de mi cuerpo, por lo que no podía moverme.

- Me fallaste.

- No lo hice, maldita sea - gruñó.

- Y has apuntado con un arma a una persona - dije horrorizada. Justin se apartó y me miró.

- Subamos - cogió mi brazo y tiró de mi. Sujeté mi bolso con fuerza y Justin me arrastró hacia el portal.
Subió las escaleras tirando de mí y estuve apunto de caerme. - Vas a caerme - Justin redujo la velocidad y paró en seco cuando llegamos al segundo piso.

Miré lo que él miraba serio y me encontré la puerta de su casa abierta. - Quedate aqui - él miró hacia todos lados a la hora de entrar lentamente en su casa. ¿Habian entrado a robarle?

Lo seguí lentamente, dudando en desobedecerlo o no.

Al final decidí entrar, todo estaba en orden en el salón, y en la cocina. Miré hacia mi izquierda y me quedé en shock cuando vi a Justin arrodillado en el suelo con sangre en sus manos. Después vi que era la sangre de Sammy. Miré hacia otro lado al ver lo que le habían hecho al pobre Sammy.

- Te dije que no entraras - Justin gruño y lo miré. Él estaba cogiendo a Sammy en sus brazos. Justin pasó por mi lado y soltó un "Ahora vengo, no salgas".

Justin salió y vi en el suelo la sangre de Sammy. Tenía que salir de ahí, Justin no me traería nada bueno. Salí de su casa y bajando las escaleras me acordé de que Justin tenía en su coche dos de mis libros. Lo llamaría otro día.

Cuando fui a abrir la puerta del portal me encontré a Justin allí. Me sobresalté. Justin gruño de nuevo.¿Que problema tenía? Él volvió a tirar de mi hasta llegar a casa.

- Te dije que no salieras de casa - cerró la puerta y retrocedí.

- Hago lo que quiero. - Justin le dio una patada a la pared más cercana y maldijo.

- No estoy de humor, Williams. He salvado tu trasero de nuevo, ¿No puedes hacer lo que te pido? - miré sus ojos y pude ver dolor.

- Nunca te dije que necesitara que salvaras mi trasero.

- ¿Por qué simplemente no das las gracias y punto? - Justin se acercó a mi y volví a retroceder pisando unas bolsas. Miré hacia atrás y vi que había caido adornos de navidad. - Me dijiste que te gustaba decorar la casa, y que de pequeña lo hacías con tu padre. Pensé que podíamos decorarla los dos. - eso ablandó mi corazón. ¿Iba a echar de mi lado a una de las pocas persona que se preocupaba por mi?

Miré a Justin y dejé salir el aire que estaba aguantando. - Eso estaría bien - dije después de unos segundos. Una sonrisa tiró de la comisura de los labios de Justin y estuvo frente a mi en dos grandes zancadas. Él cogió mis mejillas entre sus manos y juntó nuestros labios.

Justin se separó de mi. Yo solo tenía que hacerle una pregunta, o bueno, varias.

- ¿Por qué llevas encima un arma? - Justin bajó sus manos y bufó girandose.

¿Como de bipolar podía ser este chico?

- ¿No vas a contestarme? - dejé mi bolso en el sofá y lo seguí a la cocina.

- Para protegerme.

- ¿Quien le ha hecho eso a Sammy? ¿Por qué la puerta estaba abierta? ¿Te han robado algo? ¿No será mejor llamar a la policia? ¿Estas seguro que...?

- _______,________, nena - Justin volvió a coger mi rostro entre sus manos - todo está controlado, deja de preguntar.

- Pero...

- Nada - puso su dedo en mis labios para que callara y después se separó de mí.


Justin se negó a que le ayudara a quitar las manchas de sangre del suelo, así que me senté en el sofá y le envié un mensaje a Harry diciendole que estaba bien y que estaba en casa de un amigo.

- Puedes ir mirando lo que he comprado o rescatado del desván de mamá - me levanté y me dirigí a las bolsas. Un árbol de navidad ya se encontraba allí puesto, esperando a ser adornado. Abrí una de las bolsas y vi bolas de diferentes colores, luces, y estrella de purpurina.

- ¿Puedo preguntarte algo? - miré hacia atrás y Justin estaba levantandose después de dejar el suelo limpio. Justin suspiró.

- La vas a hacer de todos modos, ¿No? - fue al cuarto de baño y lo seguí.

- Si, creo que si.

- Dispara.

- ¿Por qué me seguías? - Justin dejó lo que estaba haciendo y me miró.

- Algo de ti, es una adicción - se acercó a mí y me pegué a la pared - Que me golpea con su mejor golpe, cariño - su mano estaba en mi mejilla, acariciandola con el pulgar.

Nuestras respiraciones se mezclaron hasta que él junto sus labios con los mios. Lo admitía, había echado de menos esto. Rodeé su cuello con mis brazos y las manos de Justin viajaron a mi cintura y me dio un pequeño apretón. Mordió mi labio y jadeé. Eso fue todo para que después Justin bajara sus manos a mi trasero y me impulsara hacia arriba, haciendo que rodeara su cintura con mis piernas.

- ¿Interrumpo algo? - ambos nos sobresaltamos al oir la voz de un chico. Justin me bajó y se puso delante de mí.

- Steph, me gustaría que llamaras al timbre antes de entrar en mi casa.

- Lo he hecho, pero estabas muy ocupado como para escuchar el timbre. Hola, soy Steph - él me tendió la mano y yo eché un poco a Justin hacia el lado para poder estrechar la mano de Steph.

- Hola, yo soy  _________ - le sonreí. Pero él no estrechó mi mano,sino que la cogió y la besó mientras me miraba con sus increibles ojos azules. Su pelo rubio estaba peinado hacia arriba.

Justin tiró de mi hacia atrás. - ¿Que quieres Steph? - él se veía molesto.

- Tranquilo amigo - levantó las manos en son de paz - No es mi culpa que a tu chica le gusten mis ojos - él me guiño un ojo y Justin gruñó. - Vale, vale, yo solo quería asegurarme de que todo iba bien, han entrado en casa de Michael, y Rachel estaba allí.  - Justin se tensó.

- ¿Les han hecho algo? ¿Ella está bien?

- Si, solo está asustada, se quedará con Michael esta noche.

- No es bueno que él se quede con ella, solo quiero entrar en sus...

- Ella es mayorcita, Justin. Deberías de dejarla. Eso era todo, una pena lo de Sammy - Steph salió mientras mi cabeza daba vueltas.

Seguí a Justin, ¿Tambien habian entrado a robar en la casa de Michael?

Me senté en el sofá mientras Justin acompañaba a Steph a la salida. - Ten cuidado - escuché la voz de Steph - No se lo que buscan, ni siquiera se quienes son. Te avisaré si me entero de algo.

- Esta bien, gracias - la puerta se cerró y Justin apareció. - ¿Decoramos el árbol? - sonreí.






- Vamos nena, solo tienes que poner la estrella - Justin la sacó de la bolsa.

- No puedo hacer eso, soy demasiado pequeña, no llego. Ponla tu.

- Yo te ayudaré. - Justin se puso de cuclillas. - Subete en mis hombros.

- ¿Bromeas?

- No, no lo hago, vamos. - Me subí con un poco de dificultad en sus hombros y mantuve el equilibrio. Justin sujetó mis rodillas y puse la estrella en el árbol. Era inmenso, casi llegaba al techo, y yo con él.

- Perfecto, preciosa. Ten cuidado al bajarte.

- ¿Como lo hago? - le pregunté.

- Esta pierna - palmeó mi pierna izquierda - bajala y deslizate, yo haré el restro. Hice lo que Justin me dijo y él me colocó en el suelo.

Miré el árbol con las luces encendidas y sonreí. - Hemos hecho un buen trabajo - Justin me rodeó por los hombros y yo pasé mi mano por su cintura.

- Siento lo de Ashley - no me esperaba eso. Lo miré y vi que él seguía mirando el árbol. - No quise hacerte daño - me miró.

- Esta bien, no importa - Justin me miró. Bajó su rostro y juntó nuestros labios.

¿Por qué él tenía que hacerme sentir así? Esto era bueno, pero no toda la oscuridad que venía junto a el.



Twitter : @desirealba #BREATHE

sábado, 8 de febrero de 2014

Capitulo 13





"-Oh, entonces podríamos decir que esto es un secuestro" 

Me quedé mirando la puerta cerrada con dolor. ¿Que más podría salir mal? La puerta de mi habitación se abrió indicandome que todo esto no se había acabado.

Ashley apareció con una sonrisa en su rostro. Conté hasta tres y respiré profundamente, no quería avalanzarme sobre ella. 

- Te dije que esto pasaría, no te lo mereces - ella se encogió de hombros.


- ¿El que pasaría? - le pregunté.

- Bueno, él te rompería el corazón.

- Él ni siquiera tocó mi corazón.

- Oh vamos ________, te morías por él. ¿Sabes? No fue dicifil hacer que se fijara en mi. -
Vi a Harry aparecer en silencio para escuchar lo que Ashley tenia que decir.


- ¿Así que te acostaste con él? - le pregunté.

- Bueno, estuvimos apunto, pero él estaba demasiado borracho, solo conseguí marcar su cuello.¿Sabes? Me encantó que sus manos recorrieran mi cuerpo, y sus labios... - ella sonrió recordandolo.

- ¿Puedes explicarme de que estas hablando? - la voz de Harry sonó dura. Ashley se giró asustada.

- ¿Que? No es nada - ella lucía verdaderamente nerviosa.

-¿A quien marcaste Ashley? ¿Quien pasó sus manos por tu cuerpo? - Harry tenía sus brazos cruzados y miraba a Ashley enfadado.

- Yo.... - ella agachó su cabeza. Entonces ambos empezaron a discutir. Ella intentaba darle explicaciones y él no podía creer que ella hubiera hecho eso.

- Olvídame, Ashley - Harry dio por terminada la conversación saliendo de mi habitación.

- Por favor, Harry - Ashley lloraba desconsolada mientras lo seguía. Supongo que esto se llamaba "karma".  Ashley se quedó al principio de las escaleras. Ella me miró. Sus ojos estaban rojos y su rimel corrido, ella realmente daba miedo, sobre todo en la forma asesina en la que me miraba.

Ella practicamente corrió hacia mi y yo corrí hacia la puerta para cerrarla. Ella llegó a tiempo y empujó la puerta, hice toda la fuerza que pude pero ella terminó abriendola y dandome con la puerta en mi nariz.
Me eché hacia atrás y sus manos fueron a mis pelos. - ¡Ashley! - grité. Ella me tiró a la cama.
Alguien separó a mi hermana de mi, cosa que agradecí, me incorporé con dificultad para ver a Harry tranquilizando a Ashley.

- Coge tu ropa, te vienes conmigo, durante un tiempo - Harry me dijo por encima del llanto de Ashley. Me levanté a toda prisa y saqué una maleta de mi armario. Eché ropa, mis libros, mi portatil, ropa interior, zapatos y todo lo necesario en un tiempo record.

- Shhh... Tranquila - escuché a Harry hablar con Ashley. Salí de mi habitación y me asomé un poco a la de Ashley. Él la había acostado y acariciaba su pelo. Él la amaba. Me preguntaba si alguien podría amarme alguna vez.

Harry salió de la habitación de mi hermana cerrando la puerta y suspiró. - Vamos - él cogió mi maleta y lo seguí.




Harry vivía solo en un departamento. Tenía dos habitaciones así que me ofreció una. Estaba completamente agotada y destrozada.

- ¿Justin es el chico al que estabas conociendo? - me preguntó Harry mientras comiamos una pizza. Asentí. Él tensó su mandíbula . - No puedo creer que ella haya hecho eso solo para fastidiarte, no pensé que ella fuera así.

- Ella no es mala persona, solo es así conmigo, no se por qué.

- No lo entiendo, eres su hermana.... No entiendo a tu familia, ________.

- Créeme, yo tampoco - suspiré. - Gracias por esto, Harry. No creo que hubiera podido sobrevivir allí.

- No tienes que darlas.

- Me voy a la cama.

- Si, yo tambien.


Me acosté en la cómoda cama que Harry tenía en el cuarto de invitados y me tapé.



Mamá no me había llamado, ni papá, mucho menos Ashley, y bueno, Justin había colapsado mi móvil con llamadas y mensajes, eso se llamaba, culpabilidad.

Con Harry, bueno, todo iba bien, no podía agradecerle lo que estaba haciendo por mi, aparte de quedarme en su casa, él me llevaba a la universidad.

Tenía una hora libre, así que decidí ir a Starbucks a por un café.

Salí con mi café y volví a caminar hacia la universidad, mientras iba hacia ella miré los graffitis que había pintado en una pared hasta que me paré en uno que llamó mi atención, era un pingüino, y debajo estaba firmado "Bizzle".


No podía ser. Saqué mi móvil y le eché una foto al graffiti. Miré una última vez el graffiti, ¿Él lo había hecho por mi?




No pude concentrarme en todo el día, pensando en si debería contestarle a las llamadas o no. Estaba dolida porque Ashley había conseguido su propósito, y bueno, tambien porque pensaba que Justin no era asì.
Decidí quedarme en la biblioteca para adelantar trabajo que tenía por hacer. Todos los problemas que tenía en casa habían hecho que me retrasara en las clases, y ya que mis padres me estaban pagando la universidad no iba a suspender...

Me senté en una mesa sola y saqué mis libros, mi cuaderno y mis bolígrafos. Después de enviarle un mensaje a Harry para que me recogiera más tarde, me puse manos a la obra.

Cuando me quise dar cuenta eran las ocho y ya había anochecido. Solo quedaban unas cuantas personas allí, así que decidí irme. Metí alguno de mis libros en mi gran bolso y los demás los llevaba en mi mano.
Mis zapatos hacìan ruido al caminar por los pasillos que daban a la salida, todo estaba tan silencioso que me daba miedo.

Me encogí cuando el frío dio en mi rostro. Bajé las escaleras y saqué de mi bolsillo mi móvil. Marqué el número de Harry y esperé, pero él no me lo cogió. 

Volví a llamarlo pero tampoco me lo cogió. Volví a guardar mi móvil en el bolsillo. Iría caminando.

Intenté que mi mente no divagara en cosas que podía ocurrirme, o si no, me pondría paranoica y no era plan.

Pensé en todo lo que había pasado en tan poco tiempo. No podía quedarme para siempre en casa de Harry, tenía que volver. Pero como Harry me había dicho "Será mejor que esperes a que las cosas que calmen"

Y así iba a hacerlo. Algo chocó conmigo y me empujó a la pared.

- Ay - dije cuando choqué.

- Dame todo lo que tengas - parpadeé un momento y me di cuenta de que iban a atracarme. Mis sentidos reaccionaron y entré en pánico al ver que él tenía una navaja puesta en mi cuello. Era más alto que yo, así que no le costaba agarrarme.

-N-No tengo nada - murmuré nerviosa.

- Dame la cartera - tiró de mi bolso y lo agarré nerviosa, los pocos dolares que me quedaban estaban ahí - Damela si no quieres que te haga algo. - empecé a respirar agitada. El hombre me cogió y volvió a chocarme con la pared haciendo que soltara mis libros y cayeran al suelo. Volvió a tirar de mi bolso u este cayó abierto al suelo.

- Sueltala - escuché la voz de Justin y miré hacia él. Apenas podìa verlo porque la mayoría de las farolas estaban fundidas ahí. Lo que si pude ver es que Justin apuntaba a la sien del hombre con una pistola. Me tensé y me esforcé para que entrara aire en mis pulmones.

El hombre me soltó - Largo - Justin le apuntó con el arma y el hombre después de gruñir se fue corriendo.
Miré de nuevo a Justin y este me miró para después guardar el arma. Me agaché en el suelo y rebusqué en mi maleta para buscar mi inhalador. - Deja que te ayude - las manos de Justin rozaron las mias y me eché hacia atras por inercia. La imagen de él apuntando al hombre con una pistola quemaba en mi retina.
- No tienes por qué asustarte, soy yo - la mano de Justin viajó a mi mejilla y volví a echarme hacia atrás. ¿Que hacía con una pistola? - Toma - Justin me tendió su mano y vi que había conseguido encontrar mi inhalador. Lo cogí y lo puse en mi boca.

Cuando me sentí mejor poco a poco me di cuenta de que estaba sentada en el suelo y estaba frío.
- ¿Estas bien? - dijo cuando me calmé. No me había dado cuenta de que él estaba de cuclillas cerca de mi. Asentí torpemente.


- Gracias - susurré y  me puse a recoger mis libros y a guardarlos en mi bolso.

- No tienes que darlas - me levanté y Justin me dio dos de mis libros. Los cogí y los apreté contra mi pecho. - Vamos, te llevaré a casa, es peligroso que camines sola a estas horas - me hizo una seña con su cabeza y después de respirar profundo, acepté. Empecé a caminar delante de él,aunque él practicamente pisaba mis talones.

Cuando llegamos a su coche él abrió y me metí en el asiento del pasajero resguardandome del frío.
Justin se montò y puso la calefacción. Me puse el cinturón y dejé mi bolso y los libros en mi regazo, como si ellos pudieran protegerme.


- ¿Me estabas siguiendo? - me atreví a hablar.

- Llevo siguiendote desde que te fuiste a casa de ese estúpido.- escupió. Justin se acercó a mi invadiendo mi espacio personal para abrir la guantera - Aunque supongo que le agradezco que te sacara de esa casa -  sacó un paquete de tabaco. Cerró la guantera y Justin maniobró para sacar un cigarro.

- No puedes fumar aquí, ¿Quieres matarme? - le pregunté.

Justin pareció acordarse de que era asmática porque tiró el paquete de cigarrillos a los asientos traseros y dejó el cigarro tirado por ahí. - Eso de que vayas siguiendo a la gente no es muy normal, ¿Lo sabías?

- ¿Que es normal en tu vida, _________? - él hablaba en un tono bastante serio y frío, cosa que me hacia temblar a pesar de ir bien abrigada. No contesté.

- Por aquí no se va a casa de Harry.

- Lo se, no tenía pensamiento de ir a su casa. - paró en un semáforo.

- Justin, llévame a su casa - él sonrió de lado mientras negaba con la cabeza.

- Vendrás conmigo - intenté abrir la puerta pero él había echado el seguro.

- ¿Por qué quieres escapar, ________? - Justin me miró y por primera vez, su mirada me dio miedo. ¿Quien era èl?

- No quiero estar cerca de ti, abre el seguro.

- No, no lo haré. No voy a dejarte ir. - El semáforo se puso en verde y Justin puso el coche en marcha.

- ¿Sabes que esto podría ser un secuestro?

- ¿Ves esto como si fuera un secuestro? - Justin me miró de reojo.

- Me llevas a un sitio en contra de mi voluntad.

- Oh, entonces podríamos decir que esto es un secuestro - Justin sonrió.




Twitter : @desirealba #BREATHE

Nuevo trailer. - backpack [aqui]

lunes, 3 de febrero de 2014

Capitulo 12






"Estoy cansada de que la gente me haga daño"

Miré al cielo gris cuando noté una gota en mi frente. Fruncí el ceño, tenía que darme prisa en llegar a casa, aunque llevaba el paraguas en la mochila. Aligeré el paso. Esta tarde había quedado con Justin y estaba prácticamente volando en mi nube. Podría perfectamente echar a volar entre las nubes grises, atravesarlas y disfrutar del sol. Aunque todo iba de mal en peor en casa, era algo secundario, aunque viviera allí, Justin con sus llamadas y visitas sorpresa me hacía feliz, y eso era todo lo que necesitaba. Él me había hecho ver más allá del dolor y los problemas, él me había hecho ver que mi vida, por muy difícil que sea, valía la pena. Iba a empezar a llover fuerte, las gotas cada vez caían con más fuerza sobre mi. Tenía que sacar el paraguas cuando cruzara.

Miré la izquierda para ver si venían coches y poder cruzar la calle pero me quedé parada al ver a mi padre en la otra cera, a solo unos metros de mí. Pero él no estaba solo, a su lado iba una mujer, un chico de unos diez años y una chica de unos cinco. Mi padre sonreía mientras jugaba con la niña, él la cogió y besó su mejilla. Ellos estaban resguardados de la lluvia debajo del toldo de la cafetería que habían salido. La mujer abrió el paraguas y les indicó que se metieran dentro. Mi padre bajó a la niña y su mirada se encontró con la mía.


No le aparté la mirada, me estaba mojando y no me importaba. No despegué mis ojos de él cuando la mujer le llamó la atención para que empezara a caminar, ella miró hacia mi. Retrocedí de nuevo hacia la acera sin poderme creer lo que había visto. Vale que papá reemplazara a mamá, pero pensé que él me quería.

- _____, cariño - cuando parpadeé vi a mi padre frente a mi, sosteniendo un paraguas, que nos cubría a ambos.

- Pensé que me querías - murmuré - Pensé que te importaba. - le dije con dolor. - Jamás pensé que pudieras hacerme esto, me lo esperaba de mamá, pero no de ti. - Dando por terminada la conversación me giré sobre mis talones y empecé a caminar escuchando como mi padre me llamaba.

-Hija, hablemos.

-Déjame en paz - mis ojos ardían, pero no iba a llorar, no ahora. No por alguien que no valía la pena. - Te llamé, todos los días, te necesitaba, y no has estado ahí. ¿Que clase de padre eres?

-Tuve que hacerlo, ahora soy feliz.

- Me alegro - volví a girarme y con lágrimas en mis ojos salí de su paraguas de nuevo enfrentándome a la lluvia. Él me dejó ir. No le importaba. Estaba sola.

La gente que pasaba por mi lado con sus paraguas me miraba como si estuviera loca, yo debería sacar mi paraguas, pero no tenía ganas, solo quería sentarme en el frío suelo y empezar a llorar mientras sentía un vacío en mi pecho. Él había sido mi superheroe, me había protegido de los regaños y enfados de mamá. Me había apoyado cuando empecé a hacer fotografía, incluso él me compró la cámara de fotos. Me había dado de cenar a escondidas cuando mamá me castigaba sin comer. Él era el único que se acordaba de que era mi cumpleaños y siempre me traía un pequeño pastel de chocolate que compraba a unas cuadras de casa y le ponía una vela para que yo la soplara.


" - Buenos días princesa - algo tocar mi hombro hizo que abriera mis ojos - Feliz cumpleaños - sonreí al ver el mismo pastel de chocolate de todos los años, solo que esta vez, no había un 10 clavado en el pastel, si no un 18.

- ¿Por qué sigues haciendo esto? - me senté sonriendo en mi cama mientras que veía la sonrisa de mi padre. Sus arrugas en sus ojos lo hacían verse más mayor que hace ocho años. 

- Bueno, ya es una tradición, ¿Por qué no iba a traerte esto? - le sonreí y soplé las velas. - Es increible como pasa el tiempo, recuerdo que hace unos años te compré las velas de 7 años. - reí.

-Pues de eso hace ya mucho.

-¿Quieres que vayamos a algún sitio hoy? 

-Claro - le sonreí. Papá se levantó de la cama y me dejó el trozo de pastel en mi mesita, como siempre, donde me esperaba un vaso de leche, igual que todos los años. 

-Desayuna y vistete, lo pasaremos bien hoy - salió de la habitación y mamá nos miró mientras negaba con la cabeza"


Y ahora él era feliz sin mi. El pelo se me quedaba pegado en la cara y empezaba a tener frío. Iba a coger una pulmonía. Toda mi ropa estaba mojada, y no me sorprendería que mi rimel se hubiera corrido.


" - Cariño, cariño - mi padre se puso a mi lado mientras yo intentaba respirar.
 - Tenemos que llevarla a urgencias.

- Ella seguramente se lo está inventando, solo quiere llamar la atención - mi madre se cruzó de brazos. Estábamos en la fiesta del número cumpleaños 12  de Ashley y ella y sus amigos me habían encerrado en el sótano, no dejándome salir durante unos minutos. Me había asustado tanto que ahora no podía respirar. Pensaba que iba a morirme. A mis pulmones no llegaba oxígeno y sentía que me ahogaba.

- Voy a llevarla a urgencias - papá me cogió en brazos e intentó tranquilizarme por encima de las palabras de desprecio de mamá. - Tranquila cariño, respira - limpié mis lágrimas mientras mis manos temblaban. - Concéntrate en respirar. - abrió la puerta de casa bajo la atenta mirada de algunos padres y me montó en el coche poniéndome el cinturón. Lágrimas no dejaban de caer de mis ojos, lo que hacía que mi visión se nublara. ¿Iba a morir? - Tienes que dejar de llorar, intenta relajarte - Papá arrancó y  mientras conducía a toda prisa al hospital me decía palabras para que me relajara e intentara pensar en otra cosa"


Gracias a que me llevó a urgencias, supe que tenía asma. Él estuvo conmigo tres horas en urgencias ese día, y siempre que me ha dado un ataque de asma fuerte, él estaba ahí para llevarme a urgencias cuando hiciera falta. Supongo que a él ahora no le importaba.

Llamé al timbre y esperé a que me abrieran, pero como no lo hicieron tuve que quitarme la mochila de la espalda con un poco de dificultad y saqué las llaves. Volví a colgarme en la maleta y abrí la puerta. Supongo que esperaba ver las luces encendidas y escuchar el ruido de la televisión, sin embargo, todo estaba vacío y apagado. Cerré la puerta y di gracias ya que mamá no se encontraba, ella seguramente no me dejaría pasar mojada. Me quité mis zapatos y caminé con los calcetines mojados hasta llegar a la escalera, después tendría que limpiar todo esto, ella no tenía que ver mis pisadas mojadas en el suelo de madera.

Fui directamente al cuarto de baño y abrí el grifo para que el agua saliera caliente. Estaba temblando. Puse la calefacción y me desnudé dejando toda la ropa en el suelo. Me abracé a mi misma y toqué el agua para ver que estaba caliente. La puse templada, casi ardiendo y entré en la ducha. Me sentí verdaderamente bien cuando sentí el agua caliente caer por mi cuerpo, calentándome.

Me llevé mi tiempo en la ducha, la idea de salir y enfrentarme al frío no es que me pareciera muy buena, pero cuando vi que ya estaba lo suficientemente arrugada decidí salir. Me puse mi albornoz azul y lié una toalla blanca alrededor de mi pelo. Me miré en el espejo, pero estaba empañado, así que con mi mano le di a una parte del espejo para poder verme. Mi rimel estaba corrido y mi rostro estaba más pálido de lo normal. Me apoyé en el lavabo y suspiré sintiendome derrotada. Yo no había hecho nada malo, ¿Por qué tenía que pasarme todo esto?

Sequé mis pies, y después de poner la ropa para lavar, caminé descalza hacia mi habitación. Cerré la puerta, suspiré y dejé la maleta a un lado. Me giré y vi a alguien allí. Me sobresalté y me pegué a la puerta. Allí estaba un Justin con el ceño fruncido, mirándome con las manos metidas en los bolsillos de sus jeans. - Deja de hacer eso, me has asustado - murmuré.

- No me cogías el teléfono - dijo serio.

- Oh - Recordé que lo tenía en la mochila. Me puse de cuclillas para buscar mi teléfono hasta que lo encontré. - Ha tenido que dejar de funcionar debido a la lluvia - intenté encenderlo.

- Pensé que te había pasado algo - él me miró. - Nunca se si vas a dejarme o no.

¿Cómo le decía que él me había hecho querer vivir de nuevo?

- Nada de que preocuparse, la loca suicida está calmada ahora - dije en voz alta. Y eso sonó horrible. Justin me miró con su ceño fruncido.

- No te llames de nuevo así. - no respondí. Me quité la toalla de pelo y me lo sequé por encima con esta.

- ¿Que haces aqui? - lo miré.

- ¿Has estado llorando? - cuando me di cuenta se estaba acercando a grandes zancadas a mi.

- Mmmm...no - Justin cogió mi barbilla haciendo que lo mirara - Me ha entrado jabón en los ojos.

- ¿Por qué será que no te creo? - abrí la boca para contestar pero la cerré, no sabiendo que decir. - Vistete, vas a resfriarte - Justin se separó de mi para que pudiera vestirme. Me acerqué a mi armario y saqué unos pantalones de chandal y una sudadera. Miré hacia atrás y vi a Justin de espaldas a mí. Me puse mi ropa interior sin quitarme el albornoz, y tambien mis pantalones. Dejé caer el albornoz cuando me puse mi sudadera.

Recogí el albornoz del suelo y lo llevé de nuevo al cuarto de baño. Sequé un poco mi pelo con el secador y volví a la habitación cerrando la puerta con el seguro detras de mí.

- ¿Por qué has venido? - me senté en mi cama y Justin se giró, ya que estaba mirando por la ventana.

- Estaba preocupado.

-¿Has entrado de nuevo por la ventana? - él metió las manos en sus bolsillos y se encogió de hombros. - Creo que debo revisar esa ventana...

- No lo harás, te gusta que haga esto.

- ¿Que te hace pensar eso?

- Puedo verlo en la forma en la que tus ojos se iluminan cuando me ves.

-Tonterías.

-No, no lo son. He estado pensando, que podrías venir a mi casa mañana, me gustaría enseñarte algo.

- Claro - me fijé mejor en su cuello tapado por su sudadera.

- ¿Que es eso? - me puse de pie encima de mi cama y fui a mirar mejor su cuello.

- ¿El que?

- Esa cosa... morada que tienes ahí - después lo entendí. ¿Él tenía un chupetón? ¿Quien se lo había hecho? - ¿Te gusta que te marquen? - alcé una ceja.

- No, yo solo estaba demasiado ebrio, ni siquiera se que pasó o quien fue. - negó con la cabeza.

- Mmmm... creo que deberías controlar la bebida. - estaba decepcionada. Aunque no iba a echarle nada en cara, yo no era nada suyo ¿No? Ni siquiera sabía que eramos.

- Si, debo hacerlo - se acercó a mí y con sus brazos rodeó mis muslos cogiendome en peso y separandome de la cama. - ¿No vas a besarme?

-¿Por qué debería hacerlo? - puse mis manos en sus hombros para sostenerme.

- Por que hace tres malditos días que no pruebo tus labios y estoy empezando a desesperarme.

- Probastes los de la chica que te marcó en el cuello, ¿No es eso suficiente?

- No, no lo es. Quiero los tuyos - sonreí y lo besé.

- ¿Por qué tan corto?

- ¿Y por qué tan largo? Es más, ¿Por qué debería besarte?  - volví a mirar sutilmente la marca morada.

-¿Porque te gusto? - alzó una ceja y una sonrisa prepotente tiró de la comisura de sus labios.

- ¿Quien te ha hecho creer eso?

- Tu cuerpo lo grita. - fruncí el ceño.

- Pues yo no lo escucho gritar.

-¿No? Pues yo escucho el noventa por ciento del tiempo un : Justin me gustas.

- No seas bobo - Justin me bajó dejandome en el suelo.

- ¿Me vas a decir por qué estabas llorando? - Justin se acomodó en mi cama y yo me senté a su lado.

- No era nada - me encogí de hombros y pasé mis dedos por la colcha.

- Uno no llora por nada, ¿Que va mal? - volví a encogerme de hombros negandome a hablar, sabiendo que si lo hacía me rompería y empezaría a llorar. No quería eso. No quería llorar más frente a Justin. Si yo fuera él, ya me hubiera cansado de mi y de mis estúpidos problemas e inseguridades. - ¿No quieres hablar de ello? - negué con la cabeza. - Esta bien, ¿No tienes televisión aqui?

- No, si quieres podemos ver algo en el ordenador.

- Eso estaría bien - me levanté y cogí el portatil del escritorio. Lo llevé a la cama y lo encendí. - ¿Tienes alguna película?

- Si, busca en mis documentos y pincha en peliculas.

- Creo que podré hacerlo - sonreí.

- ¿Quieres algo de comer? -  Le pregunté poniendome mis zapatillas.

- Por favor - asentí y salí de la habitación. Encendí las luces a medida que bajaba hacia la cocina.

Cuando cogí dos coca-colas del frigorífico escuché la puerta abrirse.  - Hola - Ashley apareció por la cocina.

- Hey - murmuré intentando ocultar mi nerviosismo.

- ¿Para quien es esa...? - La voz de Justin la interrumpió.

- _________, nena, te parece si vemos... - él calló y lo vi tensarse cuando vio a Ashley.

- Oh, hola Justin - mi hermana sonrió de oreja a oreja y se acercó a él. Puso una mano en su hombro y él puso su mano en la cintura mientras que esta besaba su mejilla.

- Hola - murmuró él.

- Vaya - ella tocó la marca morada de Justin. - Veo que te dejé una buena marca el otro día. Es una buena forma de acordarte de mi, ¿No?

- Cierra el pico, Ashley - escupió Justin.

- Ups, es cierto, teníamos que ocultarselo ¿no? - mordió su labio. - Lo siento - se encogió de hombros.

- Juro que te golpearía ahora mismo - murmuró Justin mientras que sentía como me hundía en el abismo y empezaba a respirar con dificultad.

Ni siquiera escuché lo que dijo mi hermana antes de salir de la cocina. - ________ - Justin se acercò a mi y levantó su mano para tocarme.

- No me toques, largate - lo esquivé pero él cogió mi brazo. Me giré y levanté mi mano, haciendo que chocara contra su mejilla y el sonido resonara por toda la cocina. Justin soltó mi brazo y subí las escaleras practicamente corriendo. Entré en mi habitación y busqué en mis cajones hasta que encontré el inhalador. Me senté en el borde de la cama, lo puse en mi boca y pulsé el botón.

Pude ver por el rabillo del ojo a Justin apoyado en el marco de la puerta de mi habitación. No podía creerlo. Me sentía de alguna manera traicionada.
- __________ - Justin cerró la puerta detrás de él haciendo que la cotilla de mi hermana no pudiera vernos. - Lo sien...

- Me dijiste que estabas ebrio.

- Y lo estaba.

- Vete - Justin se acercó a mi y me levanté retrocediendo.

- No me iré, escúchame.

- No - intenté controlar el temblor de mi labio inferior - No quiero escucharte, estoy cansada de que la gente me haga daño.

- Joder, no significó nada.

- No me importa, desde que ella te conoció ha estado diciendome que conseguiría meterse en tu cama - lo miré dolida.

- No me acosté con ella.

- Me da igual, si ella hubiera insistido seguro que hubieras ido encantado. Ahora por favor, cierra la puerta cuando salgas. - Justin me miró y le aguanté la mirada. Él sin decir nada se fue, cerrando la puerta cuando salió de mi habitación.


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