Breathe

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lunes, 3 de febrero de 2014

Capitulo 12






"Estoy cansada de que la gente me haga daño"

Miré al cielo gris cuando noté una gota en mi frente. Fruncí el ceño, tenía que darme prisa en llegar a casa, aunque llevaba el paraguas en la mochila. Aligeré el paso. Esta tarde había quedado con Justin y estaba prácticamente volando en mi nube. Podría perfectamente echar a volar entre las nubes grises, atravesarlas y disfrutar del sol. Aunque todo iba de mal en peor en casa, era algo secundario, aunque viviera allí, Justin con sus llamadas y visitas sorpresa me hacía feliz, y eso era todo lo que necesitaba. Él me había hecho ver más allá del dolor y los problemas, él me había hecho ver que mi vida, por muy difícil que sea, valía la pena. Iba a empezar a llover fuerte, las gotas cada vez caían con más fuerza sobre mi. Tenía que sacar el paraguas cuando cruzara.

Miré la izquierda para ver si venían coches y poder cruzar la calle pero me quedé parada al ver a mi padre en la otra cera, a solo unos metros de mí. Pero él no estaba solo, a su lado iba una mujer, un chico de unos diez años y una chica de unos cinco. Mi padre sonreía mientras jugaba con la niña, él la cogió y besó su mejilla. Ellos estaban resguardados de la lluvia debajo del toldo de la cafetería que habían salido. La mujer abrió el paraguas y les indicó que se metieran dentro. Mi padre bajó a la niña y su mirada se encontró con la mía.


No le aparté la mirada, me estaba mojando y no me importaba. No despegué mis ojos de él cuando la mujer le llamó la atención para que empezara a caminar, ella miró hacia mi. Retrocedí de nuevo hacia la acera sin poderme creer lo que había visto. Vale que papá reemplazara a mamá, pero pensé que él me quería.

- _____, cariño - cuando parpadeé vi a mi padre frente a mi, sosteniendo un paraguas, que nos cubría a ambos.

- Pensé que me querías - murmuré - Pensé que te importaba. - le dije con dolor. - Jamás pensé que pudieras hacerme esto, me lo esperaba de mamá, pero no de ti. - Dando por terminada la conversación me giré sobre mis talones y empecé a caminar escuchando como mi padre me llamaba.

-Hija, hablemos.

-Déjame en paz - mis ojos ardían, pero no iba a llorar, no ahora. No por alguien que no valía la pena. - Te llamé, todos los días, te necesitaba, y no has estado ahí. ¿Que clase de padre eres?

-Tuve que hacerlo, ahora soy feliz.

- Me alegro - volví a girarme y con lágrimas en mis ojos salí de su paraguas de nuevo enfrentándome a la lluvia. Él me dejó ir. No le importaba. Estaba sola.

La gente que pasaba por mi lado con sus paraguas me miraba como si estuviera loca, yo debería sacar mi paraguas, pero no tenía ganas, solo quería sentarme en el frío suelo y empezar a llorar mientras sentía un vacío en mi pecho. Él había sido mi superheroe, me había protegido de los regaños y enfados de mamá. Me había apoyado cuando empecé a hacer fotografía, incluso él me compró la cámara de fotos. Me había dado de cenar a escondidas cuando mamá me castigaba sin comer. Él era el único que se acordaba de que era mi cumpleaños y siempre me traía un pequeño pastel de chocolate que compraba a unas cuadras de casa y le ponía una vela para que yo la soplara.


" - Buenos días princesa - algo tocar mi hombro hizo que abriera mis ojos - Feliz cumpleaños - sonreí al ver el mismo pastel de chocolate de todos los años, solo que esta vez, no había un 10 clavado en el pastel, si no un 18.

- ¿Por qué sigues haciendo esto? - me senté sonriendo en mi cama mientras que veía la sonrisa de mi padre. Sus arrugas en sus ojos lo hacían verse más mayor que hace ocho años. 

- Bueno, ya es una tradición, ¿Por qué no iba a traerte esto? - le sonreí y soplé las velas. - Es increible como pasa el tiempo, recuerdo que hace unos años te compré las velas de 7 años. - reí.

-Pues de eso hace ya mucho.

-¿Quieres que vayamos a algún sitio hoy? 

-Claro - le sonreí. Papá se levantó de la cama y me dejó el trozo de pastel en mi mesita, como siempre, donde me esperaba un vaso de leche, igual que todos los años. 

-Desayuna y vistete, lo pasaremos bien hoy - salió de la habitación y mamá nos miró mientras negaba con la cabeza"


Y ahora él era feliz sin mi. El pelo se me quedaba pegado en la cara y empezaba a tener frío. Iba a coger una pulmonía. Toda mi ropa estaba mojada, y no me sorprendería que mi rimel se hubiera corrido.


" - Cariño, cariño - mi padre se puso a mi lado mientras yo intentaba respirar.
 - Tenemos que llevarla a urgencias.

- Ella seguramente se lo está inventando, solo quiere llamar la atención - mi madre se cruzó de brazos. Estábamos en la fiesta del número cumpleaños 12  de Ashley y ella y sus amigos me habían encerrado en el sótano, no dejándome salir durante unos minutos. Me había asustado tanto que ahora no podía respirar. Pensaba que iba a morirme. A mis pulmones no llegaba oxígeno y sentía que me ahogaba.

- Voy a llevarla a urgencias - papá me cogió en brazos e intentó tranquilizarme por encima de las palabras de desprecio de mamá. - Tranquila cariño, respira - limpié mis lágrimas mientras mis manos temblaban. - Concéntrate en respirar. - abrió la puerta de casa bajo la atenta mirada de algunos padres y me montó en el coche poniéndome el cinturón. Lágrimas no dejaban de caer de mis ojos, lo que hacía que mi visión se nublara. ¿Iba a morir? - Tienes que dejar de llorar, intenta relajarte - Papá arrancó y  mientras conducía a toda prisa al hospital me decía palabras para que me relajara e intentara pensar en otra cosa"


Gracias a que me llevó a urgencias, supe que tenía asma. Él estuvo conmigo tres horas en urgencias ese día, y siempre que me ha dado un ataque de asma fuerte, él estaba ahí para llevarme a urgencias cuando hiciera falta. Supongo que a él ahora no le importaba.

Llamé al timbre y esperé a que me abrieran, pero como no lo hicieron tuve que quitarme la mochila de la espalda con un poco de dificultad y saqué las llaves. Volví a colgarme en la maleta y abrí la puerta. Supongo que esperaba ver las luces encendidas y escuchar el ruido de la televisión, sin embargo, todo estaba vacío y apagado. Cerré la puerta y di gracias ya que mamá no se encontraba, ella seguramente no me dejaría pasar mojada. Me quité mis zapatos y caminé con los calcetines mojados hasta llegar a la escalera, después tendría que limpiar todo esto, ella no tenía que ver mis pisadas mojadas en el suelo de madera.

Fui directamente al cuarto de baño y abrí el grifo para que el agua saliera caliente. Estaba temblando. Puse la calefacción y me desnudé dejando toda la ropa en el suelo. Me abracé a mi misma y toqué el agua para ver que estaba caliente. La puse templada, casi ardiendo y entré en la ducha. Me sentí verdaderamente bien cuando sentí el agua caliente caer por mi cuerpo, calentándome.

Me llevé mi tiempo en la ducha, la idea de salir y enfrentarme al frío no es que me pareciera muy buena, pero cuando vi que ya estaba lo suficientemente arrugada decidí salir. Me puse mi albornoz azul y lié una toalla blanca alrededor de mi pelo. Me miré en el espejo, pero estaba empañado, así que con mi mano le di a una parte del espejo para poder verme. Mi rimel estaba corrido y mi rostro estaba más pálido de lo normal. Me apoyé en el lavabo y suspiré sintiendome derrotada. Yo no había hecho nada malo, ¿Por qué tenía que pasarme todo esto?

Sequé mis pies, y después de poner la ropa para lavar, caminé descalza hacia mi habitación. Cerré la puerta, suspiré y dejé la maleta a un lado. Me giré y vi a alguien allí. Me sobresalté y me pegué a la puerta. Allí estaba un Justin con el ceño fruncido, mirándome con las manos metidas en los bolsillos de sus jeans. - Deja de hacer eso, me has asustado - murmuré.

- No me cogías el teléfono - dijo serio.

- Oh - Recordé que lo tenía en la mochila. Me puse de cuclillas para buscar mi teléfono hasta que lo encontré. - Ha tenido que dejar de funcionar debido a la lluvia - intenté encenderlo.

- Pensé que te había pasado algo - él me miró. - Nunca se si vas a dejarme o no.

¿Cómo le decía que él me había hecho querer vivir de nuevo?

- Nada de que preocuparse, la loca suicida está calmada ahora - dije en voz alta. Y eso sonó horrible. Justin me miró con su ceño fruncido.

- No te llames de nuevo así. - no respondí. Me quité la toalla de pelo y me lo sequé por encima con esta.

- ¿Que haces aqui? - lo miré.

- ¿Has estado llorando? - cuando me di cuenta se estaba acercando a grandes zancadas a mi.

- Mmmm...no - Justin cogió mi barbilla haciendo que lo mirara - Me ha entrado jabón en los ojos.

- ¿Por qué será que no te creo? - abrí la boca para contestar pero la cerré, no sabiendo que decir. - Vistete, vas a resfriarte - Justin se separó de mi para que pudiera vestirme. Me acerqué a mi armario y saqué unos pantalones de chandal y una sudadera. Miré hacia atrás y vi a Justin de espaldas a mí. Me puse mi ropa interior sin quitarme el albornoz, y tambien mis pantalones. Dejé caer el albornoz cuando me puse mi sudadera.

Recogí el albornoz del suelo y lo llevé de nuevo al cuarto de baño. Sequé un poco mi pelo con el secador y volví a la habitación cerrando la puerta con el seguro detras de mí.

- ¿Por qué has venido? - me senté en mi cama y Justin se giró, ya que estaba mirando por la ventana.

- Estaba preocupado.

-¿Has entrado de nuevo por la ventana? - él metió las manos en sus bolsillos y se encogió de hombros. - Creo que debo revisar esa ventana...

- No lo harás, te gusta que haga esto.

- ¿Que te hace pensar eso?

- Puedo verlo en la forma en la que tus ojos se iluminan cuando me ves.

-Tonterías.

-No, no lo son. He estado pensando, que podrías venir a mi casa mañana, me gustaría enseñarte algo.

- Claro - me fijé mejor en su cuello tapado por su sudadera.

- ¿Que es eso? - me puse de pie encima de mi cama y fui a mirar mejor su cuello.

- ¿El que?

- Esa cosa... morada que tienes ahí - después lo entendí. ¿Él tenía un chupetón? ¿Quien se lo había hecho? - ¿Te gusta que te marquen? - alcé una ceja.

- No, yo solo estaba demasiado ebrio, ni siquiera se que pasó o quien fue. - negó con la cabeza.

- Mmmm... creo que deberías controlar la bebida. - estaba decepcionada. Aunque no iba a echarle nada en cara, yo no era nada suyo ¿No? Ni siquiera sabía que eramos.

- Si, debo hacerlo - se acercó a mí y con sus brazos rodeó mis muslos cogiendome en peso y separandome de la cama. - ¿No vas a besarme?

-¿Por qué debería hacerlo? - puse mis manos en sus hombros para sostenerme.

- Por que hace tres malditos días que no pruebo tus labios y estoy empezando a desesperarme.

- Probastes los de la chica que te marcó en el cuello, ¿No es eso suficiente?

- No, no lo es. Quiero los tuyos - sonreí y lo besé.

- ¿Por qué tan corto?

- ¿Y por qué tan largo? Es más, ¿Por qué debería besarte?  - volví a mirar sutilmente la marca morada.

-¿Porque te gusto? - alzó una ceja y una sonrisa prepotente tiró de la comisura de sus labios.

- ¿Quien te ha hecho creer eso?

- Tu cuerpo lo grita. - fruncí el ceño.

- Pues yo no lo escucho gritar.

-¿No? Pues yo escucho el noventa por ciento del tiempo un : Justin me gustas.

- No seas bobo - Justin me bajó dejandome en el suelo.

- ¿Me vas a decir por qué estabas llorando? - Justin se acomodó en mi cama y yo me senté a su lado.

- No era nada - me encogí de hombros y pasé mis dedos por la colcha.

- Uno no llora por nada, ¿Que va mal? - volví a encogerme de hombros negandome a hablar, sabiendo que si lo hacía me rompería y empezaría a llorar. No quería eso. No quería llorar más frente a Justin. Si yo fuera él, ya me hubiera cansado de mi y de mis estúpidos problemas e inseguridades. - ¿No quieres hablar de ello? - negué con la cabeza. - Esta bien, ¿No tienes televisión aqui?

- No, si quieres podemos ver algo en el ordenador.

- Eso estaría bien - me levanté y cogí el portatil del escritorio. Lo llevé a la cama y lo encendí. - ¿Tienes alguna película?

- Si, busca en mis documentos y pincha en peliculas.

- Creo que podré hacerlo - sonreí.

- ¿Quieres algo de comer? -  Le pregunté poniendome mis zapatillas.

- Por favor - asentí y salí de la habitación. Encendí las luces a medida que bajaba hacia la cocina.

Cuando cogí dos coca-colas del frigorífico escuché la puerta abrirse.  - Hola - Ashley apareció por la cocina.

- Hey - murmuré intentando ocultar mi nerviosismo.

- ¿Para quien es esa...? - La voz de Justin la interrumpió.

- _________, nena, te parece si vemos... - él calló y lo vi tensarse cuando vio a Ashley.

- Oh, hola Justin - mi hermana sonrió de oreja a oreja y se acercó a él. Puso una mano en su hombro y él puso su mano en la cintura mientras que esta besaba su mejilla.

- Hola - murmuró él.

- Vaya - ella tocó la marca morada de Justin. - Veo que te dejé una buena marca el otro día. Es una buena forma de acordarte de mi, ¿No?

- Cierra el pico, Ashley - escupió Justin.

- Ups, es cierto, teníamos que ocultarselo ¿no? - mordió su labio. - Lo siento - se encogió de hombros.

- Juro que te golpearía ahora mismo - murmuró Justin mientras que sentía como me hundía en el abismo y empezaba a respirar con dificultad.

Ni siquiera escuché lo que dijo mi hermana antes de salir de la cocina. - ________ - Justin se acercò a mi y levantó su mano para tocarme.

- No me toques, largate - lo esquivé pero él cogió mi brazo. Me giré y levanté mi mano, haciendo que chocara contra su mejilla y el sonido resonara por toda la cocina. Justin soltó mi brazo y subí las escaleras practicamente corriendo. Entré en mi habitación y busqué en mis cajones hasta que encontré el inhalador. Me senté en el borde de la cama, lo puse en mi boca y pulsé el botón.

Pude ver por el rabillo del ojo a Justin apoyado en el marco de la puerta de mi habitación. No podía creerlo. Me sentía de alguna manera traicionada.
- __________ - Justin cerró la puerta detrás de él haciendo que la cotilla de mi hermana no pudiera vernos. - Lo sien...

- Me dijiste que estabas ebrio.

- Y lo estaba.

- Vete - Justin se acercó a mi y me levanté retrocediendo.

- No me iré, escúchame.

- No - intenté controlar el temblor de mi labio inferior - No quiero escucharte, estoy cansada de que la gente me haga daño.

- Joder, no significó nada.

- No me importa, desde que ella te conoció ha estado diciendome que conseguiría meterse en tu cama - lo miré dolida.

- No me acosté con ella.

- Me da igual, si ella hubiera insistido seguro que hubieras ido encantado. Ahora por favor, cierra la puerta cuando salgas. - Justin me miró y le aguanté la mirada. Él sin decir nada se fue, cerrando la puerta cuando salió de mi habitación.


Twitter : @desirealba / desirefanfic #BREATHE

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